Según informaciones publicadas por el MAPAMA en su boletín Notícias del Exterior, los resultados de la encuesta indican que el 82% de los consumidores alemanes estarían dispuestos a pagar algo más, o incluso considerablemente más, si se les garantizase que la carne y subproductos que pretenden comprar han sido producidos cumpliendo realmente criterios de bienestar animal que vayan más allá de los estándares establecidos por ley.
Prácticamente el mismo porcentaje de los preguntados, el 80%, indicó que pagaría un precio más alto por la carne y subproductos ecológicos, mientras que el 78% priorizaría en la compra el cumplimento de estándares medioambientales más estrictos que los decretados legalmente.
Los analistas reconocen, sin embargo, que las declaraciones hechas por los alemanes en cuanto a su disposición a pagar precios más o menos altos no siempre coinciden con el comportamiento real de los consumidores ya que, muy probablemente, muchos de los encuestados pueden haber contestado tratando de corresponder a “lo que la sociedad desea que se diga”.
Los resultados del estudio sí permiten, sin embargo, ser interpretados como una señal hacia un cambio de conciencia. Así, de acuerdo con el estudio, a la hora de comprar alimentos, los encuestados tienen en cuenta en primer y segundo lugar la frescura y la procedencia regional del producto, seguidos de la calidad y de que el alimento esté exento de aditivos, mientras que el propio precio ocupa, solamente, el quinto lugar en el ranking de criterios a considerar en las decisiones de compra. Los analistas subrayan, sin embargo, que independientemente de los resultados expuestos anteriormente, es evidente que existen enormes diferencias según los grupos de ingreso que se contemplen.
El estudio revela que los hábitos de consumo orientados a la reducción, o incluso la renuncia total, del consumo de carne, cada vez están mejor vistos por la sociedad, habiéndose duplicado al 4% el porcentaje de aquellos ciudadanos que han pasado a no comer nunca carne, cuota que, sin embargo, sigue manteniéndose en un nivel muy bajo. El porcentaje de los alemanes que declaran consumir muy poca carne -una sola, o incluso menos de una vez a la semana- ha subido de un 22% a un 25% y entre las personas que no consumen nunca o muy rara vez este tipo de producto se encuentran considerablemente más mujeres que hombres y más personas de edad avanzada que jóvenes.
Jueves, 11 de mayo de 2017/ MAPAMA-Notícias del Exterior/ España.
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