Cabe destacar que en Japón, desde el 1 de octubre de 2000 está prohibido vacunar contra la PPC y sólo se permite en casos especiales y bajo autorización. Sin embargo, la explotación en cuestión llevó a cabo una vacunación y según el análisis genético y la prueba de anticuerpos monoclonales realizada en el Instituto Nacional de Sanidad Animal, los virus aislados en estos cerdos eran diferentes a las cepas de uso vacunal autorizadas para la fabricación y venta en Japón, de forma que se deduce que los virus utilizados no procedían de una vacuna producida en Japón. Además, dado que están prohibidas la importación y la venta de vacunas extranjeras, parece ser que las vacunas empleadas en esta granja fueron importadas ilegalmente.
Según la OIE, la detección de este incidente excepcional atestigua el funcionamiento apropiado del sistema japonés de supervisión.
Viernes, 14 de mayo de 2004/OIE. Informaciones sanitarias. Vol. 17. Nº 20.
http://www.oie.int