Debido a que el cerdo es un huésped intermediario indispensable en el ciclo de vida del parásito que causa la cisticercosis (Taenia solium), se buscó disminuir la incidencia de la cisticercosis en éste para, a través de la vacunación, interrumpir la transmisión de la parasitosis y prevenir eventualmente la enfermedad en humanos.
La primera vacuna que diseñaron en 2001 fue la S3Pvac, constituida por tres péptidos sintéticos denominados GK1, KETc1 y KETc12, de 18, 12 y 8 aminoácidos respectivamente. La S3Pvac fue evaluada en campo y fue capaz de reducir en un 97,8% la cantidad de cisticercos en cerdos criados en forma rústica expuestos al desafío natural. Sin embargo, aunque esta vacuna induce altos niveles de protección contra la cisticercosis porcina, es de alto costo, ya que se produce de forma sintética.
Martes, 14 de junio de 2005/CONACYT/México.
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