Los artículos afectados por esta reglamentación deberán estar etiquetados para su comercio al por menor para indicar el país de origen. Cuando se dé el caso de que un producto tiene su origen en diferentes países, cada país debe constar en la etiqueta (por ejemplo, en una etiqueta para carne picada de vacuno podría leerse: Producto de Australia, importado desde México, sacrificado en Estados Unidos).
Esta normativa, no exenta de polémica, estaba recogida en la Ley Agraria de 2002 y hasta ahora no se ha podido poner en marcha. Por un lado varios grupos de productores y consumidores han solicitado durante años una legislación de este tipo basándose en la creencia de que muchos consumidores prefieren productos domésticos antes que importados, y que esta información disminuiría la preocupación de los consumidores respecto a la seguridad alimentaria y podría aumentar la venta de productos americanos con el consiguiente aumento de precios que beneficiaría a los productores americanos, mientras que por otro los que se oponían a esta reglamentación sostenían que los consumidores tienen muy poco interés en el etiquetado de país de origen y que los costes de mantenimiento de registros, junto con los necesarios para llevar a cabo los procedimientos operativos para mantener esta normativa, serán onerosos, especialmente para las carnes, sobre todo si la trazabilidad se ha considerar en cada animal individualmente. Los grupos de presión de la industria cárnica son los que más habían presionado para evitar la aplicación del COOL, ya que esta industria dispone de múltiples lazos de integración con México y Canadá.
Jueves, 11 de septiembre de 2008/ Noticias del Exterior/ MARM/ España.
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