En 2016, la mortalidad de los lechones era del 20,9% y en 2021 había aumentado al 23,4%. El aumento durante ese periodo se debió a una correlación negativa no intencionada entre dos parámetros de cría objetivo, la conversión alimentaria y la robustez de los animales.
El Ministerio de Agricultura y Alimentación abordó esta correlación negativa introduciendo un nuevo objetivo de cría en el verano de 2022 que pretendía garantizar una mayor tasa de supervivencia de los lechones. El efecto ya podía verse en 2022 con un estancamiento de la mortalidad, y el efecto completo llegó en 2023, cuando la mortalidad descendió 0,9 puntos porcentuales.
21 de mayo de 2024/ Ministerio de Agricultura y Alimentación/ Dinamarca.
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