Uno de los cambios se refiere a la distancia de seguridad entre las tierras fertilizadas y los núcleos habitados. En todo el proyecto normativo se tienen en consideración las posibles molestias por malos olores, por eso las distancias a respetar que se establecen son mayores para las deyecciones porcinas y de aves de corral.
Hay que tener en cuenta que las distancias que constan en el Decreto vigente se establecieron cuando las aplicaciones de purines todavía se podían realizar con el sistema de abanico. En la actualidad los purines sólo pueden aplicarse con herramientas que lo depositan a ras de suelo o lo inyectan directamente dentro del suelo, por lo que las emisiones atmosféricas son mucho menores. En este sentido, los cambios en la normativa prevén acortar la distancia de seguridad y establecerla en 200 metros, frente a los 300 metros establecidos hasta ahora, en el caso de purines porcinos.
Por otra parte, también se prevé reducir el volumen estándar de purín a considerar por cada plaza de cerdo de engorde, a efectos de dimensionar el sistema de almacenamiento, ya que el volumen real es menor que el que figura en la normativa . Esto permitirá ahorrar en inversiones de balsas sin que se resienta su capacidad real de gestión de la granja.
21 de julio de 2022/ Acció Climática, Alimentació i Agenda Rural / Generalitat de Catalunya.
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