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Aportar una experiencia práctica innegable basada en casuística real, evitar lagunas normativas por indefinición o por falta de claridad y velar activamente por los derechos de los consumidores desde la independencia profesional son los tres motivos fundamentales por los que la Asociación Nacional de Entidades de Inspección y Certificación acreditadas de Producto Agroalimentario (ANCIPA) ha solicitado su inclusión en la Mesa de Coordinación del Ibérico. La petición se recoge en el documento de alegaciones que ANCIPA ha entregado al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA) en respuesta al segundo borrador sobre la nueva norma de calidad del ibérico.
ANCIPA considera que es impresicindible la participación de todos los agentes implicados en la definición de los mecanismos de control si realmente se quiere beneficiar al sector español de producto ibérico con una normativa que destaque por su coherencia, que no confunda al consumidor y que evite el fraude. En este sentido, los organismos independientes de control han aportado al MAGRAMA un completo documento de alegaciones con el deseo de corregir algunas indefiniciones y errores técnicos sobre el control de animales y piezas antes y después de la llegada a matadero.
Actualmente, la mencionada mesa de coordinación ya cuenta con la participación reconocida de la Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI), de los Consejos Reguladores de las Denominaciones de Origen y de las asociaciones autorizadas para gestionar los libros genealógicos de razas ganaderas. ANCIPA considera que es de “lógica aplastante” poder contribuir con su participación activa en dicho foro, ya que no pueden tomarse decisiones sobre control de calidad sin tener en cuenta la opinión de los protagonistas de esa parte de la cadena alimentaria.
Insuficiente control de los precintos
En el borrador de norma la futura norma, las condiciones de la gestión y del control de los precintos otorgados por la Interprofesional ASICI deben establecerse en el seno de la Mesa de Coordinación.
Ya que la identificación mediante precintos de color no es un método infalible y su control no es sencillo, ANCIPA confía en llevar a cabo una estrecha colaboración con todos los miembros de la Mesa de Coordinación para que en la nueva norma se identifique sobre quién recae la responsabilidad de comprobar que el matadero envía todas las piezas identificadas y qué hacer en caso de detectar producto no identificado y como hacerlo. El objetivo fundamental no debe ser otro que impedir la comercialización de piezas que no cumplan con los requisitos que se van a establecer para utilizar las denominaciones de venta.
Período de transición caótico
Otra de las debilidades del segundo borrador de la norma de calidad del ibérico es que se corre el riesgo de que los tres años disponibles para que el sector se adapte a los nuevos requisitos pueden convertirse en un caos por la coexistencia de productos ibéricos acordes a dos normas diferentes, lo que implica, que en el mercado se van a comercializar dos productos bajo la misma denominación de venta y que son productos diferente (ejemplo “cebo de campo”) o al contrario, se van a comercializar dos productos que son lo mismo pero tiene que usar denominaciones de venta diferentes (ejemplo “iberico” o “% iberico”).
Asimismo resulta necesario establecer con claridad los criterios de calificación de raza y alimentación que deberán ser tenidos en cuenta por las entidades de inspección durante este período transitorio ya que coexistirán productos procedentes de anímales con calificación racial conforme a la norma en vigor y animales calificados conforme a la futura norma.
ANCIPA ostenta la representación mayoritaria de las entidades de inspección y certificación acreditadas en España para la norma de calidad de productos ibéricos.
19 de diciembre de 2012 - ANCIPA
