Dentro de las obligaciones empresariales, se exige el cumplimiento de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (Ley 31/95 de 8 de Noviembre, BOE del nº 269 del 10 de noviembre). Son diversos los riesgos presentes en el ambiente de trabajo, y uno de los más peligrosos, así como desconocido es el riesgo por contaminación ambiental por productos químicos. Dentro de los posibles contaminantes en la actividad del sector porcino, se determinan como principales el metano, el amoníaco y el sulfuro de hidrógeno.

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La higiene de las naves es la clave para reducir el amoníaco

El amoníaco (NH3) es reconocido como uno de los gases tóxicos más importantes presentes en las instalaciones porcinas y tiene profundos efectos sobre el rendimiento de los cerdos. El amoníaco es un subproducto de la descomposición de los residuos y epitelios de los animales y el polvo, y se genera en prácticamente todas las naves de producción.