Asegurar la calidad de las materias primas resulta clave para garantizar la salud intestinal y aumentar la productividad de los animales.
Resulta imperativo dirigir nuestra atención hacia la posible contaminación fúngica de los granos. Los hongos pueden generar micotoxinas en ciertas condiciones ambientales, comprometiendo la calidad de las materias primas y generando pérdidas económicas sustanciales a nivel mundial.