Iniciamos una sección en la que se presentan casos reales de adaptaciones de granjas a la Ley de bienestar porcino: Adaptación a la ley de bienestar porcino
Esperamos que sea una sección de interés para los usuarios de 3tres3, en la búsqueda de modelos, ideas y experiencias en la aplicación de la ley de Bienestar Animal (Directiva Europea 2001/88/EC del 23 de Octubre de 2001, incorporada en la legislación española en el Real Decreto 1135/2002), que supone uno de los mayores retos a los que se enfrenta el sector para mantener niveles de competitividad y rentabilidad a partir de enero 2013.
La opinión generalizada nivel de sector es que la aplicación de la nueva normativa tendrá consecuencias importantes tanto a nivel económico como a nivel profesional. En primer lugar porque puede suponer una disminución de la rentabilidad a corto plazo (necesidad de inversiones en instalaciones nuevas o adaptaciones, paros en la productividad, posible reducción de censos…), y en segundo lugar porque el concepto de cerdas libres va a requerir un manejo más intenso a nivel de granja (manejo sanitario, nutricional, de formación y capacitación técnica y veterinaria, etc.). Sin embargo, es de sentido común pensar que invertir en “bienestar” aporte beneficios a largo plazo, tanto en los animales como en la calidad del trabajo y su entorno e implicaciones.
El objetivo de la sección es presentar varios enfoques en la aplicación de la Ley, tantos como nos sea posible, y poder mostrar diferentes modelos y variedad de rangos de presupuestos para hacer frente al reto de la adaptación de las granjas a la nueva normativa: desde soluciones globales con presupuestos ambiciosos e inversiones elevadas, hasta detalles y adaptaciones más ajustadas a la imaginación o a las limitaciones (de presupuesto, de espacio, de censo, de personal). En definitiva, situaciones reales detalladas y explicadas desde diferentes ópticas: ganaderos, constructores, veterinarios e ingenieros.
Esta sección arranca un año antes de la entrada en vigor de la ley para las granjas que se tengan que adaptar, las granjas “viejas”. Cualquier granja “nueva” ya se construye cumpliendo la normativa de obligatoriedad de tener un espacio libre por cerda de entre 1,64 y 2,25m2, punto básico éste en la ley, y que supone el mayor debate y necesidad de adaptación en nuestras granjas, habitualmente preparadas para mantener las cerdas en jaulas durante toda la gestación.