“Compartir nuestra ciencia para alimentar el futuro” es el lema del IRTA, y quiere mostrar la verdadera vocación de la investigación que se hace, con un objetivo muy claro, ayudar al sector agroalimentario catalán a producir alimentos sanos, seguros y nutritivos para una población en un escenario de cambio global.
Desde hace más de 30 años, el IRTA ha trabajado y se ha preparado para afrontar los retos que han surgido, pero actualmente se enfrenta al desafío de alimentar a 9.000 millones de personas en el año 2050 en una situación compleja desde el punto de vista climático, social, ético y de sostenibilidad.
El pasado 15 de marzo, el auditorio del World Trade Center de Barcelona acogió unos 400 invitados en el acto de celebración de los más de 30 años que el instituto lleva haciendo I+D+i para el sector agroalimentario. Un acto que, además de la propia celebración, sirvió para reflexionar sobre los retos de futuro de la agroalimentación.
En su intervención, Josep M. Monfort, director general del IRTA, señaló que “El IRTA tiene que tener su mirada puesta en los retos que serán clave en el futuro que se convierte en presente a gran velocidad y que nos pondrá a prueba colectivamente”. Estos se pueden resumir en los siguientes puntos:
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La intensificación sostenible y ética de la producción de alimentos en condiciones mediterráneas cambiantes.
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La suficiencia alimentaria: asegurar un suministro de alimentos a los ciudadanos en un escenario de cambio climático.
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One Health: Producción y consumo de alimentos para preservar y mejorar la salud del consumidor.
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Los nuevos modelos productivos y de transformación de alimentos, mejorando la confianza del consumidor, implicándolo en la producción de alimentos.
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La aplicación de nuevas tecnologías claves y potenciadoras en el proceso de la innovación (Big data, nanotecnología, epigenética, etc.,).
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El fortalecimiento del sistema agroalimentario catalán.
A continuación, la directora científica del IRTA, Dra. Conxita Royo, enfatizó la calidad de la investigación que se hace en el IRTA. En este sentido, la Dra. Royo destacó que el informe SCImago 2016 sitúa al IRTA entre el 25% de las mejores instituciones científicas del mundo en base a la investigación, innovación e impacto social.
Laia Fitó, de la empresa Semillas Fitó, hizo un repaso a la estrecha colaboración que se ha establecido entre esta empresa y el IRTA a lo largo de estos 32 años, donde se ha trabajado conjuntamente y desde una unidad mixta en la mejora de cereales, melón y especies hortícolas. Una relación franca, de confianza mutua y que ha establecido estrechos vínculos personales.
El director del centro neozelandés Plant&Food Research, Peter Landon-Lane, intervino destacando como desde las antípodas geográficas dos instituciones pueden trabajar conjuntamente, fijando objetivos comunes y consiguiendo un nivel de colaboración y de relación institucional modélica.
Seguidamente, Fabio Montossi, director del INIA (Instituto Nacional de Investigación Agraria) de Uruguay, recordó la estrecha relación entre los dos institutos. Una relación que actualmente tiene una Joint Research Unit que marca un camino, una visión conjunta y una apuesta de futuro hacia un trabajo conjunto con objetivos compartidos.
El acto central fue la conferencia de la profesora Louise O. Fresco, presidenta de la Universidad de Wageningen (Holanda), que hizo reflexionar a los asistentes sobre los desafíos alimentarios que la humanidad tiene que enfrentar en los próximos años, señalando algunas de las posibilidades que la investigación y la técnica pueden aportar para solucionarlos.
Finalmente, la consejera del departamento de Agricultura y presidenta del IRTA, Hble. Meritxell Serret, clausuró el acto no solo felicitando al IRTA y a sus trabajadores por el trabajo hecho, si no también invitándolos a continuar marcando la pauta del conocimiento y la innovación en el sector agroalimentario catalán.
Una vez finalizado el acto, los asistentes disfrutaron de una cena hecha a partir de alimentos que iban a ser desechados, con la que se reaprovecharon 220 kg de alimentos, se ahorraron 140 metros cúbicos de agua y se evitaron emitir 55 kg de CO2.
Lunes, 20 de marzo de 2017/ IRTA.