Casademont, líder en la elaboración de fuets y charcutería desde hace 60 años, refuerza su apuesta de expansión internacional que inició hace 23 años abriendo mercado en nuevos países como la India, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. La compañía, que actualmente exporta a más de 50 países de 5 continentes con especial demanda por parte de los países del centro de Europa y Sudamérica, prevé alcanzar los 70 países en los próximos dos años.
La apuesta constante por la innovación y la calidad de sus productos ha sido clave en su firme estrategia por la internacionalización. Actualmente, sus ventas fuera del mercado español ya ascienden al 55%, con el objetivo de alcanzar el 70% en dos años. Casademont basa su plan de expansión internacional en un modelo de alianzas estratégicas con empresas locales para colaborar en ámbitos como el tecnológico, comercial, legal o logístico, que recientemente se ha implantado con gran éxito en Rusia.
“Se trata de una nueva forma de internacionalización basada en sellar un acuerdo win-win con un socio local para llegar a nuevos mercados sin depender de los cambios políticos que se produzcan en el mundo”, afirma Francesc Gómez, Director General de la compañía.
Alianza estratégica en Rusia
Este año, la compañía ha sellado una alianza con la empresa Atria Russia, un grupo de capital finlandés con plantas de elaboración en San Petersburgo, con el objetivo de continuar vendiendo sus productos en el mercado ruso. Casademont inició sus exportaciones a Rusia hace más de una década, como parte de su firme estrategia por la internacionalización, que arrancó en 1992 en los países de la Unión Europa y Europa del Este.
Este acuerdo contempla que Atria Russia puede elaborar productos con la marca Casademont para el mercado ruso bajo la estricta supervisión y control de la compañía. Desde finales de 2014, Atria comercializa a través de su red de distribución en Rusia varios productos bajo la enseña de Casademont: fuet extra, salchichón extra, salchichón montaña y la gama de chorizos, en pieza y para loncheados, con el objetivo de ampliar la gama de productos en el mercado ruso.
“El repentino veto ruso a los productos españoles de hace más de un año hizo peligrar los más de 10 años de actividad exportadora de Casademont en este país de más de 146 millones de habitantes”, asegura Francesc Gómez. Y añade: “La nueva fórmula establecida con los socios locales permite recuperar las ventas y la presencia de Casademont en Rusia”.
Casademont nació hace más de 60 años, cuando Jaume Casademont decidió seguir la tradición charcutera de sus padres y abuelos -que elaboraban fuets en la masía familiar desde principios de siglo- y abrió en 1956 un pequeño obrador para producir embutidos de gran calidad, especialmente fuets, el producto estrella de Casademont. El obrador fue ampliándose y, ya en los años 60, se construyó una fábrica de 2.000 m2 en el centro de Bescanó (Girona), seguida a finales de la década por otra fábrica de 3.500 m2 en las afueras de Bonmatí (Girona). En los setenta, el éxito de demanda llevó a Jaume Casademont a ampliar la fábrica de Bonmatí a 25.000 m2, lo que supuso un gran salto cuantitativo para la empresa, una de las primeras del sector en industrializar el producto artesano de forma masiva.
Hoy, Casademont cuenta con 40.000 m2 de fábrica construidos en dos centros productivos, uno en Bonmatí y otro en Palol de Revardit.
5 de octubre de 2015/ Casademont.