Mediante la acidificación del agua de bebida podemos prevenir las diarreas en porcino desde diferentes puntos de vista.
Las bacterias, como todos los seres vivos, necesitan unos parámetros concretos para poder sobrevivir: temperatura, humedad, concentraciones de oxígeno… y también pH. De modo que disminuyendo el pH del agua de bebida modificamos uno de estos parámetros impidiendo así el crecimiento de la mayoría de las bacterias y minimizando por consiguiente la aparición de diarreas infecciosas que puedan llegar a través del agua de bebida.
Mediante la acidificación del agua de bebida también podemos influir positivamente en la digestión.
El aparato digestivo de los lechones jóvenes no ha madurado completamente, de manera que no es capaz de producir suficiente HCl para llevar el pH por debajo de 2, condición indispensable para la conversión de pepsinógeno a pepsina. Este déficit conlleva una mala digestión sobre todo a nivel proteico, la absorción a nivel intestinal se puede ver comprometida y por lo tanto puede acabar apareciendo la diarrea. Además una mala digestión de la proteína puede comprometer el crecimiento normal del lechón.
Este problema se puede ver agravado por las características del agua de la red que se usa en la producción porcina. Las aguas con las que la red abastece a las granjas suelen ser duras, con un alto contenido en minerales que confiere al agua un pH de 8-9. De manera que con una situación de partida peor, el estómago del lechón deberá generar más HCl todavía para poder llegar al pH que hemos comentado anteriormente.
El efecto sumatorio de AcidLab y del HCl producido por el propio lechón hará descender el pH gástrico a unos niveles suficientes para la transformación de pepsinógeno a pepsina y así todo el proceso digestivo puede llevarse a cabo sin impedimento alguno.
Para salvar los problemas derivados del elevado poder corrosivo de este ácido, se ha elaborado una formulación con menor cantidad de ácido fórmico combinado con formiato amónico para conseguir el mismo descenso de pH pero reduciendo el riesgo para el usuario en la manipulación, minimizando el efecto corrosivo sobre las instalaciones y evitando costosos transportes de materias peligrosas a los que están obligados otros productos similares.
Así concluimos que añadiendo AcidLab al agua de bebida podemos:
- Higienizar el agua y por consiguiente minimizar el riesgo de aparición de diarreas infecciosas.
- Mejorar el proceso digestivo de los lechones para optimizar la GMD tras el destete.
- Eliminar vómitos y/o diarreas causadas por una mala digestión y que puedan retrasar el crecimiento normal del lechón.
- Contrarrestar el efecto negativo de las aguas duras.
- Ahorrar en costes de transporte.
El producto está disponible en garrafas de 20L
18 de junio de 2004 - Labiana/ España