Existe un efecto inflacionario muy importante que empuja al alza los precios de los alimentos, lo que significa que se debe incrementar rápidamente la disponibilidad y los insumos para producirlos.
Sin embargo, el incremento de la producción y la oferta nacional de alimentos básicos, principalmente maíz, frijol trigo, arroz y leche, y de carnes de res, cerdo y de ave, ayuda a sortear los enormes riesgos que se corren al depender de las importaciones para satisfacer la demanda nacional de esos bienes.
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Se ha tenido un aumento sostenido de la producción de maíz, frijol, arroz y trigo, que en 2018 fue de 31,5 millones de toneladas (Mt), para 2021 alcanzó 32,3 millones y se prevé que en 2022 cierre con una producción de 33,9 Mt.
Así mismo, se apoya a los productores de pequeña y mediana escala, quienes constituyen el 85% de los agricultores, ganaderos, pescadores y acuicultores del país y producen más del 50% de los alimentos que consumimos.
Con un presupuesto ejercido de MXN 6981 millones durante 2022, ha beneficiado a 823 933 productores de pequeña escala, con 313 227 toneladas de fertilizantes, para atender a un 1 053 740 hectáreas de maíz, frijol, hortalizas y arroz en Chiapas, Durango, Guerrero, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y Zacatecas. A su vez, el precio de garantía de maíz se incrementó de MXN 6278 a 6805 por tonelada este año.
Para mantener la productividad y la competitividad del sector, han sido claves los servicios de fitosanidad, salud animal e inocuidad de los alimentos, los cuales incluyen, entre otros bienes públicos, inspección y vigilancia epidemiológica, combate, control y erradicación de plagas y enfermedades y gestiones en apoyo a las exportaciones nacionales.