La magnitud de los recursos naturales de la región, combinada con nuevas demandas globales de una producción más sostenible y las modificaciones del tablero geopolítico global, constituyen una convergencia de factores que crea una situación favorable para una transición más rápida hacia un modelo que ponga el acento en lo biológico.
La bioeconomía, que consiste en la industrialización sostenible de los recursos y principios biológicos, permite formular nuevas estrategias de desarrollo productivo para enfrentar el desafío de las crecientes demandas de alimentación y energía de la población mundial, al tiempo que contribuye a mitigar el impacto sobre el ambiente y los recursos naturales.
“La guerra impactó sobre una región ya fuertemente afectada por la pandemia de Covid-19. En 2020, América Latina sufrió una contracción del 7% en el PBI, que fue la mayor en 120 años. Esto llevó a un crecimiento de la pobreza, que hoy afecta a 200 millones de personas, 86 millones de las cuales están en situación de pobreza extrema”, dijo Eduardo Trigo, uno de las referencias globales en materia de bioeconomía y asesor del Director General del IICA.
Agustín Tejeda, gerente de estudios económicos de la Bolsa de Cereales de Argentina, habló de los impactos disruptivos que ha generado la guerra y precisó que un productor en Argentina o Brasil necesita un 50% más en dólares de inversión para obtener los mismos productos, por el aumento de precio de los insumos.
Jorge Bedoya, presidente de la sociedad de agricultores de Colombia, apuntó que su país produce 73 millones de toneladas de alimentos pero importa 13,8 millones de toneladas. “Todo lo que ha venido ocurriendo desde la invasión a Ucrania generó una presión impresionante en los costos de producción de alimentos muy relevantes para la población colombiana como el pollo, el cerdo y la leche. Tenemos una inflación anual de más del 23% en alimentos”, señaló.
13 de julio de 2022 | IICA | Costa Rica.https://www.iica.int/es/prensa/noticias