Este reglamento modifica por primera vez en casi en 17 años el llamado Reglamento Marco de la seguridad alimentaria en Europa, el Reglamento 178/2002. Con dicho reglamento la UE estableció el principio general del análisis del riesgo, un sistema de seguridad que disociaba la responsabilidad de la evaluación del riesgo y de la gestión del riesgo, creando a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) como agencia independiente para el asesoramiento científico de los riesgos en la cadena alimentaria. Por otro lado, el reglamento establecía los principios generales en seguridad alimentaria que han servido de base para todo el desarrollo legislativo posterior, la responsabilidad compartida, los controles oficiales, el APCC, la trazabilidad, así como los procedimientos de información y gestión en caso de emergencias de seguridad alimentaria.
Los recientes resultados del control de adecuación de dicha legislación, el llamado “REFIT”, confirmaron que el Reglamento 178/2002 cumplía sus objetivos de garantizar un alto nivel de protección de la salud humana y el buen funcionamiento del mercado interior. En particular, su enfoque científico, basado en los riesgos, ha aumentado el nivel general de protección frente a los riesgos en seguridad alimentaria. También puso de manifiesto la preocupación de los ciudadanos sobre la transparencia de los estudios científicos y el proceso de evaluación del riesgo, lo que se materializó en octubre de 2017 en la iniciativa ciudadana europea «Prohibición del glifosato y protección de las personas y del medio ambiente frente a los pesticidas tóxicos», respaldada por más de un millón de firmas de ciudadanos europeos.
La Comisión Europea propuso, como respuesta a estas preocupaciones, una revisión específica del Reglamento 178/2002, junto con la revisión de ocho actos legislativos sectoriales, para ajustarlos a la normativa general y reforzar la transparencia en varios ámbitos: organismos modificados genéticamente, aditivos en piensos, aromas de humo, materiales en contacto con los alimentos, aditivos, enzimas y aromas alimentarios, productos fitosanitarios y nuevos alimentos.
Los elementos esenciales de la propuesta son:
- Mayor transparencia, con acceso inmediato y automático de los ciudadanos a toda la información no confidencial relacionada con la seguridad presentada por la industria en el proceso de determinación del riesgo. En el marco de este objetivo crea un registro europeo común de estudios encargados por las empresas que solicitan una autorización y hace obligatoria la consulta de las partes interesadas y los ciudadanos sobre dichos estudios.
- Posibilidad de que EFSA exija estudios complementarios, a petición de la Comisión y con cargo al presupuesto de la Unión.
- Mayor participación de los Estados miembros en la estructura de gobernanza de EFSA y en sus comisiones técnicas científicas.
- Refuerzo de la comunicación del riesgo a los ciudadanos mediante acciones comunes de sensibilización y comprensión de los dictámenes científicos y decisiones de determinación del riesgo.
Como resultado de todo ello, se publica el nuevo Reglamento (UE) 2019/1381 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 20 de junio de 2019, con el objetivo claro de aumentar la transparencia de la llamada ciencia reguladora y reforzar a la EFSA para seguir aportando la base científica necesaria en la toma de decisiones en Europa.
Jueves, 5 de septiembre de 2019/ AECOSAN/ España.
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