Página 6 de Artículos sobre rendimiento

La forma de la cabeza de los lechones recién nacidos es un buen criterio de selección para la identificación de los lechones que necesitan suplementos orales durante la etapa neonatal.

Se evidenció de forma particular un efecto negativo de la baja temperatura ambiente en el rendimiento para los cerdos con alimentación restringida.

El consumo durante la lactación es un componente esencial para el rendimiento de la camada y la productividad futura de la cerda.

Bajo las condiciones de este estudio, nacen más lechones durante las horas no supervisadas cuando se induce a las hembras el día 116 que cuando se induce a las hembras en el día 113.

La utilización de fitasa puede mejorar la retención de P y Cu en cerdos de crecimiento.

Los resultados de este estudio se pueden utilizar para cuantificar los efectos de un desafío sanitario en los modelos de crecimiento de los cerdos.

Los resultados muestran que hay diferencias en el rendimiento reproductivo de las primerizas en función de su peso al nacer.

En base a las agresiones y a las concentraciones de cortisol, dentro del rango de superficies disponibles estudiado, el bienestar de la cerda mejora con el aumento del espacio.

La suplementación post-destete con L-carnitina no aumenta el número de fibras musculares en lechones con bajo peso.

La inclusión de harina de colza hasta un 10% no afecta a los rendimientos reproductivos de las cerdas ni de la camadas.

Aumentar la concentración de energía neta podría mejorar el porcentaje final de canales aceptables para la producción de jamón curado de alta calidad.

El área y peso de la placenta, el estado del cordón umbilical y el peso al nacer estan relacionados con la muerte post-parto.

Los inclusión de DDGS en dietas de gestación tardía y lactación, podrían remplazar toda la harina de soja sin afectar al rendimiento de las cerdas y de sus lechones.

La alimentación de cerdos de engorde con granos de maíz ensilado puede reducir el porcentaje de magro y el porcentaje de jamón.

La alimentación de las cerdas con ácidos grasos n-3 puede mejorar el crecimiento de las camadas, pero sin afectar al rendimiento reproductivo posterior.

La uniformidad de la camada se ve comprometida por la pérdida severa de la condición corporal de la cerda durante la lactación y mejora en las cerdas con un mayor IDCF.