Página 211 de Artículos sobre nutrición

El tamaño de partícula de la harina de soja no modificó la digestibilidad de la energía pero la digestibilidad de algunos aminoácidos esenciales mejoró al reducirlo hasta 200 micrones.

La incorporación de hasta un 10% de aceite de soja en piensos de iniciación mejoró el crecimiento y redujo el consumo de alimento.

La incorporación de aceite de linaza a la dieta de acabado aumenta el contenido de ácidos grasos n-3 de la carne, siendo más aconsejable dosis altas en cortos periodos de tiempo que viceversa.

Para inactivar completamente los FAN de la soja se requiere temperaturas superiores a 125ºC y tanto mayores cuanto más alto es el contenido en materia seca de la soja cruda.

La leche de las cerdas de raza Meishan es más rica en grasa que las de razas sintéticas (11 vs 9%).

La capacidad tampón de la dieta no afectó el pH del contenido intestinal pero modificó el ritmo de renovación de la mucosa tras el destete.

Al incorporar cereales tratados a las dietas para lechones, los beneficios de una mayor digestibilidad pueden quedar enmascarados por una pérdida de aminoácidos que no se detecta.

La extrusión del guisante mejora su valor nutritivo pero no le permite sustituir completamente a la soja en dietas de crecimiento y acabado.

La ornitina y creatina no muestran ser suplementos eficaces en dietas de lechones recién destetados.

Se estiman unas necesidades de triptófano para el lechón entre los 10 y 30 kg de 19-21% las necesidades de lisina.

La alimentación líquida mejora la ingestión de materia seca alrededor del destete.

Se sugiere que la presencia de derivados lácteos en el pienso de lechones amplifica la reacción del sistema inmune ante un estímulo inmunológico específico.

El bicarbonato de sodio reduce el contenido de grasa interna de la canal sin perjudicar el rendimiento de los cerdos.

En este trabajo se demuestra que la inclusión de un 5% de huevos inmunizados en polvo a lechones neonatos evitó la infección experimental por E.coli pero no por Rotavirus.