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El pienso en gránulo aumenta los niveles de Salmonella en las explotaciones con respecto al pienso en harina.

Dietas de molienda gruesa no granuladas y dietas suplementadas con ácido fórmico (y otros ácidos orgánicos) contribuyen a obtener animales con un tracto digestivo más sano/robusto, y por tanto, menos sensibles a problemas gastroentéricos.

La vitamina E fue descubierta el año 1922 y posteriormente aislada en 1936 por Evans como un factor presente en los vegetales cuya ausencia en la dieta se relaciona con problemas reproductivos en los animales.

La calidad de la carne se ha convertido en un criterio clave de cara a su comercialización.

El interés de los consumidores por la obtención de alimentos más saludables y de alta calidad es cada vez más creciente.

La administración de suplementos no puede sustituir en ningún caso un correcto manejo de la alimentación durante la vida de la reproductora.

La producción de leche de la cerda y el crecimiento de la camada es proporcional a un mayor consumo de alimento de la cerda en lactación.

Las cerdas en lactación presentan unas elevadas necesidades nutritivas lo que unido a un consumo limitado de pienso durante esta fase provocan un desequilibrio entre los aportes de nutrientes y las necesidades.

A nivel práctico, la restricción de las cerdas gestantes es una práctica muy extendida.

Dentro de los carbohidratos, la fibra representa a los digestibles por fermentación (no por enzimas), siendo un importante aporte de energía especialmente en los cerdos adultos.

Existe un acuerdo general en cuanto a la conveniencia de tratar de conseguir una ganancia moderada de peso en la gestación y una pérdida mínima de peso en la lactancia. Sin embargo, a pesar de los años de investigación y de experiencia ganadera, no existe consenso sobre lo que constituye una ganancia de peso moderada y cómo podría conseguirse.

La principal fuente energética en las dietas para cerdos son los hidratos de carbono.

La determinación del valor energético de los alimentos es una tarea difícil, cara y tediosa.

Diversos trabajos demuestran una diferencia importante entre el valor energético digestible determinado en cerdos en crecimiento y en cerdas reproductoras.

La valoración del contenido energético de los alimentos para cerdos se basa en su contenido en energía digestible (ED) o energía metabolizable (EM).

La betaína, químicamente trimetilglicina (N,N,N-trimetilamonioacetato), es un compuesto que está presente en todos los organismos vivos en cantidades variables.