Página 28 de Artículos sobre genética-reproducción

En una granja recién establecida se observa fiebre, anorexia y una fertilidad inferior a la esperada en las nulíparas de los dos primeros lotes entrados.

El uso de estos nidos ayuda a crear dos zonas bien diferenciadas, una más cálida para los lechones y otra más fresca para las cerdas.

Los resultados revelan que el estrés al que están sometidas las cerdas por intervenciones excesivas en torno al parto provoca un claro aumento de la mortalidad pre-destete.

Deberíamos ser cautos a la hora de fijar el número de espermatozoides por dosis de inseminación, no sea que el ansia por reducirlo nos lleve a emplear un número por debajo del umbral de fertilidad. Lo que puede ser productivo y/o rentable para una determinada granja no tiene porque serlo para otra.

Observamos agresividad en las cerdas que sospechamos puede estar ocasionada por el manejo entorno al parto. Decidimos registrar y analizar los datos sobre el manejo para confirmar las sospechas.

El procedimiento es simple, seguro, rápido y bien tolerado por las receptoras.

Se contempla un inusual aumento de las repeticiones entre 31-39 días. La mayoría se daban en cerdas previamente negativas a la ecografía y se producían antes de los 42 días.

La enfermedad clínica y las consecuencias de la infección por PRRS tienen un componente hereditario significativo.

En cuanto a duración de la gestación y productividad en maternidad las diferencias son debidas a la genética, mientras que las variaciones de rendimiento en gestación vienen dadas fundamentalmente por los diferentes sistemas productivos.

La vacunación de las primerizas frente a PCV2 antes de la insemianción con semen infectado con PCV2 disminuyó claramente la carga y la excreción viral, hasta valores compatibles con la protección de los fetos.