El papel de la vitamina E en la inmunidad en porcino

Escribe C. Villaverde cecilia.villaverde@gmail.com

13-dic-2005 (hace 18 años 11 meses 10 días)
Introducción

La vitamina E (figura 1) es una vitamina liposoluble imprescindible para muchas funciones biológicas. Una de sus funciones más importantes es la de antioxidante de las membranas biológicas, donde protege los ácidos grasos poli-insaturados y otros componentes de las membranas celulares de los radicales libres. Esta función asegura la estabilidad de las membranas de células como los eritrocitos, los leucocitos, los enterocitos y las plaquetas ante diferentes tipos de agresiones. Sin embargo, en los últimos años la vitamina E a pasado a tener un especial interés en la regulación de la función inmune del animal.

Figura 1: Estructura química del α-tocoferol (la forma más potente de vitamina E)

¿Como mejora la vitamina E la inmunidad del cerdo?

En un principio se creía que el efecto sobre el sistema inmune de la vitamina E se debía a la protección de los leucocitos contra la oxidación, ya que los leucocitos son muy sensibles a esta agresión. Este efecto se podría obtener con otros antioxidantes liposolubles. Sin embargo, además de este efecto protector, podemos hablar de un efecto inmunoestimulante que no puede ser explicado por sus características antioxidantes y que no se da en el caso de otros antioxidantes. En la actualidad se sabe que la vitamina E determina algunos cambios muy importantes en los procesos de proliferación celular y expresión de determinados genes, y estos cambios son los responsables de la mejora de la respuesta inmune. Como consecuencia de estos efectos no antioxidantes, a la vitamina E se le atribuyen funciones como:

-Mejora de la inmunidad humoral: aumento de producción de anticuerpos.
-Mejora de la respuesta fagocítica.
-Mejora de la diferenciación y migración de los linfocitos.

Parece ser que el beneficio del aporte de vitamina E en cerdos radica sobretodo en un mejor desarrollo de la inmunidad humoral, consiguiendo niveles 2 o 3 veces mayores en la respuesta de anticuerpos. Por ejemplo, la inclusión de vitamina E como adyuvante en vacunas aumenta los niveles de anticuerpos conseguidos, mejorando la protección contra la infección. Este efecto es el mismo cuando el suplemento se suministra por vía oral. Por otro lado, el efecto en la inmunidad celular también es importante ya que niveles bajos de vitamina E producen una depresión de linfocitos y células polimorfonucleares en sangre. En general, los efectos beneficiosos de la vitamina E en el sistema inmune encontrados en la bibliografía se observan a dosis entre 2 y 10 veces mayores a los requerimientos mínimos establecidos para la especie (tabla 1).

Tabla 1: Necesidades de vitamina E en cerdos (alimentados ad libitum, 90% materia seca, NRC1998)
Cerdos en crecimiento Cerdas
3-10 kg 10-120 kg gestantes lactantes
UI1/Kg de alimento 16 11 44 44
1 Unidad internacional = 1 mg de acetato de DL-α- tocoferol, ó 0,67 mg de D-α-tocoferol

En el cerdo la concentración de vitamina E plasmática y tisular es proporcional a su nivel de inclusión en la dieta. Sin embargo se ha de tener cuidado ya que existen determinados factores que pueden impedir una correcta absorción de la vitamina E como puede ser un exceso de vitamina A. Además, se ha de tener en cuenta que la vitamina E forma parte de un sistema complejo en el que otros elementos, como el selenio, deben ser suministrados en cantidades adecuadas para obtener el resultado esperado.
Estas mejoras del sistema inmune son importantes durante toda la vida productiva del animal, sin embargo cobran especial importancia en el lechón ya que el correcto desarrollo de su inmunidad es un factor clave para su supervivencia y para obtener mejores índices productivos. Se ha observado que el aporte con niveles mayores que los normalmente presentes en las recomendaciones nutricionales de crecimiento promueven una mayor resistencia del cerdo a las infecciones como los problemas entéricos provocados por E. coli.

Importancia de la suplementación de la cerda

La concentración de vitamina E en el calostro y en la leche de la cerda es muy dependiente de su nivel de inclusión en la dieta. Así, el aporte de vitamina E a la cerda supone una contribución directa al lechón, cosa que favorecerá el desarrollo de su inmunidad. Sin embargo, la importancia del aporte de vitamina E para el lechón empieza ya desde mucho antes del parto. Además de tener importantes funciones en el éxito reproductivo, la vitamina E determina la capacidad inmune que la madre transmite a la camada. El lechón no empieza a desarrollar inmunidad humoral hasta los 10-15 días de edad y aun entonces su inmunidad es deficiente. Así el cerdo depende en gran medida de los anticuerpos que obtiene del calostro. El aporte de altos niveles de vitamina E a las cerdas mejora su producción de anticuerpos, con lo que el lechón recibirá una mayor dosis de anticuerpos a través del calostro, además de un mayor nivel de vitamina E. Esto se traduce directamente en una mayor supervivencia al parto y al destete de los lechones.