Anatómicamente, en un corte transversal de la mucosa intestinal encontramos
las siguientes capas desde fuera hacia dentro: serosa, capa muscular longitudinal,
capa muscular circular, submucosa y mucosa (incluye enterocitos, glándulas,
capilares, vasos linfáticos, nervios, muscularis mucosa y la membrana basal).
La mucosa intestinal está tapizada principalmente por lo enterocitos (absorción
de nutrientes) y las células globosas (caliciformes, secretoras de mucina).
Con el fin de aumentar extraordinariamente la superficie se presenta una estructura
intestinal en forma de pliegues, vellosidades (proyecciones de 1mm en forma de
dedo) y microvillosidades (borde en cepillo de los enterocitos). En el fondo de
las vellosidades se encuentran las criptas de Lieberkühn con las glándulas
tubulares y de donde parte la maduración de los enterocitos hacia la parte
apical de la vellosidad (ver figuras adjuntas).
El desarrollo gastrointestinal se acelera drásticamente durante las últimas
semanas de gestación y tras el nacimiento, siendo los principales factores
desencadenantes la secreción de cortisol fetal, y la ingestión de
los fluidos amnióticos y del calostro tras el nacimiento (figura 1). El
tracto gastrointestinal, estéril al nacimiento, se colonizará con
la flora materna y ambiental.
Figura 1. Cambios
postnatales en la morfología gastrointestinal |
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Durante la lactación el desarrollo gastrointestinal se producirá
con relativa normalidad gracias a un ambiente materno bastante placentero, una
buena salud intestinal (inmunoglobulinas del calostro, colonización intestinal)
y el aporte alimenticio de la leche muy nutritivo.
El destete representa un brusco estrés y cambio alimentario para el lechón
(anorexia temporal, dieta sólida, almidón, fibra, proteína
vegetal, FAN, etc), el cual afecta al normal desarrollo gastrointestinal y produce
cambios importantes en su estructura y funcionalidad, principalmente en el intestino
delgado.
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Incremento del volumen del intestino y órganos asociados (dietas
más voluminosas y viscosas), paralelamente a una disminución
del contenido proteico y de DNA del intestino delgado.
• Desarrollo del ciego y colon, con una microflora más numerosa
y diversa, y un aumento en la producción de ácidos grasos
volátiles.
• Hay una reducción de la altura de las vellosidades (hasta
del 75% y 50% el 1º y 5º día post-destete), un aumento
de la profundidad de las criptas, y una modificación de la morfología
de las vellosidades de proyecciones en forma alargada, de dedo, a una
forma aplanada, de hoja o lengua. |
La dieta y sobretodo el consumo de alimento tiene una gran influencia sobre el
crecimiento de la mucosa. En animales sometidos a ayuno o con alimentación
parenteral se observa una inhibición del crecimiento de la mucosa, el cual
se revierte rápidamente con el consumo de alimento. El efecto sobre la
normal maduración de la actividad enzimática de la mucosa intestinal
es de menor magnitud (en términos de actividad específica por unidad
de proteína de mucosa intestinal), aunque la actividad enzimática
total de la mucosa es menor y presumiblemente también la capacidad digestiva.
La anorexia temporal post-destete también causa una respuesta inflamatoria
gastrointestinal la cual modifica la capacidad inmune del animal.
Respecto a la maduración de la actividad enzimática de la mucosa
intestinal después del destete, los resultados experimentales sugieren
que existe un determinante primario ontogénico “preprogramado”,
ejerciendo la dieta un papel secundario de ligera modulación del incremento-descenso
y niveles máximos-basales de las actividades enzimáticas de la
mucosa intestinal. Sin embargo el efecto de la dieta sobre el estímulo
o inhibición de la actividad de las enzimas pancreáticas parece
más importante.
La gravedad de las modificaciones gastrointestinales posteriores al destete
dependerá de factores tales como el peso, edad, alojamiento, manejo,
ambiente y también de la dieta:
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Palatabilidad: con el uso de aditivos saborizantes o materias primas como
los productos lácteos, harina de pescado o plasma porcino (recientemente
reautorizado en la UE bajo ciertas condiciones).
• Digestibilidad: para paliar la reducción en la capacidad
de digestión y sobretodo de absorción intestinal.
• Factores antinutritivos (FAN) y alergénicos: evitar el
uso de materias primas que contengan FAN que puedan reducir la digestibilidad
de los nutrientes o inhibir ciertas enzimas, así como proteínas
o otras sustancias que puedan ser alergénicas para la mucosa intestinal.
• Proteína: el tracto gastrointestinal tiene un gran consumo
de aminoácidos como fuente energética (oxidación)
y para la síntesis proteica (crecimiento, reemplazo y secreciones).
Se han descrito efectos beneficiosos sobre la reparación gastrointestinal
de aminoácidos no esenciales como el ácido glutámico
(nutriente de enterocitos).
• Otros aditivos (prebióticos, probióticos, antimicrobianos,
extractos de plantas, enzimas, etc) que eviten los procesos entéricos
que aumentarían extraordinariamente las alteraciones gastrointestinales.
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