Escribe E. Borda eborda@bioiberica.com
18-nov-2005 (hace 19 años 1 meses 10 días)La mucosa intestinal porcina
El desarrollo del tracto gastrointestinal del lechón empieza ya durante
la vida fetal. A partir del nacimiento, el tracto gastrointestinal se encarga
de abastecer al lechón de metabolitos y sustancias protectoras a través
de la absorción de nutrientes y de la endocitosis de inmunoglobulinas del
calostro y de la leche.
El intestino delgado de los cerdos totalmente desarrollados mide entre 16-21
m de longitud, de los cuales 4-4.5 % es duodeno, 88-91 % yeyuno y 4-5% íleon
(Nickel et al., 1973). La superficie de la luz se compone de numerosas vellosidades
en cuya base hay glándulas tubulares (criptas de Lieberkühn) que
descienden hasta la muscularis mucosa. Las principales células que tapizan
las vellosidades (Moran, 1982; Smith, 1985) son las células globosas
(mucus) y los enterocitos (células epiteliales columnares). A medida
que los enterocitos migran desde las criptas a las vellosidades, sufren una
maduración tanto estructural como funcional que incluye un período
de rápida elongación de las microvellosidades.
Tabla
1. Tabla resumen de las diferencias entre el período de lactación
y destete. |
|
Lactación |
Destete |
Efecto
de la cerda |
Regula
el alimento del lechón recibiendo éste entre 20-24 dosis de
alimento/día |
No
hay regulación diaria del alimento |
Efecto
de la dieta |
Líquida
Rica en lactosa
Rica en grasa
Proteína de alta digestibilidad |
Sólida
Pobre en lactosa
Alto contenido en carbohidratos
Proteína de valor biológico variable |
Inmunidad |
Absorción
de IgG a través del calostro e IgA a través de la leche |
Hasta
los 28-30 días de edad el lechón no es inmunológicamente
activo |
Morfología
intestinal |
Sistema
gastrointestinal desarrollado para alimentación líquida |
Sistema
gastrointestinal no desarrollado, hay que adaptarse a la nueva alimentación
sólida |
Histología |
Largas
vellosidades intestinales y eficientes en la absorción de nutrientes |
Atrofia
de la mucosa intestinal, mala absorción |
En lechones recién nacidos, el intestino delgado experimenta un rápido
desarrollo durante los 10 primeros días aumentándose la longitud
y diámetro de las vellosidades, así como la población celular
de la mucosa. A partir de las 2 semanas de edad hay un cambio en la morfología
observándose un descenso gradual de la altura de las vellosidades, aumento
simultáneo en la anchura de los villi y profundidad de la cripta. En
el momento del destete estos cambios son aún más pronunciados.
Figura
1. Histología de la mucosa intestinal porcina de lechones lactantes
de 25 días de edad. |
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La alimentación y la salud intestinal
Durante el período inmediato al destete el tracto gastrointestinal debe
adaptarse a una dieta con una composición física y química
diferente. Estos cambios nutricionales junto con el estrés psicológico
y ambiental provocan una baja ingesta lo cual se traduce en una insuficiente alimentación
para cubrir sus necesidades hasta el día 5 post-destete. A nivel histológico
esto implica:
Respuesta
histológica |
|
Consecuencia |
♦
reducción de la altura de los villi e incremento en profundidad
de cripta |
→ |
déficit de enterocitos maduros, por lo tanto se produce una deficiencia
enzimática e incapacidad digestiva |
♦
disminución del número de células globosas productoras
de mucinas |
→ |
menor
protección de la mucosa contra secreciones digestivas, patógenos
y/o lesiones |
♦
pérdida de función de las “tight junctions” |
→ |
incremento
del transporte paracelular de macromoléculas pudiéndose
producir una inflamación local |
Por lo tanto, la ingesta del alimento especialmente durante los 2-3 primeros días
del destete es el factor clave que determina la integridad de la mucosa intestinal,
pero evitar esta disminución en la ingesta es inviable ya que se trata
de una respuesta intrínseca al estrés. Una alternativa sería
minimizar este impacto con dietas muy palatables, que contengan fuentes de proteína
con un alto valor biológico y que sean altamente digestibles como podrían
ser dietas a base de componentes lácticos. Al no poder evitar el “no
consumo” durante estos días, una estrategia podría ser que
los lechones se sientan atraídos por el nuevo alimento y que el escaso
consumo de pienso sea aprovechado de la mejor forma posible. La percepción
de palatabilidad está regulada por neuropéptidos que tienen la capacidad
de estimular la ingesta (orexígenos) o inhibirla (anorexígenos)
y los imbalances aminoacídicos de la dieta pueden provocar por los neurotransmisores
restricciones del alimento. Los resultados de Spreeuwenberg et al. (2001) demuestran
que dietas ricas en lactosa, pobres en proteína y buen nivel de energía
durante los primeros 4 días postdestete disminuyen el transporte paracelular,
incrementan la longitud de los villi y disminuye la ratio vellosidad/cripta.
Por otro lado tenemos que nutrir la mucosa debido a su atrofia natural con dietas
muy digestibles. El 60 % de los aminoácidos esenciales que se absorben
a la luz intestinal son catabolizados en el intestino delgado, lo que indica que
la disponibilidad luminal de aminoácidos es un factor crítico para
el mantenimiento de la integridad de la mucosa. Debido a la limitada capacidad
de los lechones en esta etapa para digerir la proteína dietética
como consecuencia de su déficit enzimático se puede pensar en mejorar
la eficacia digestiva con el uso de hidrolizados proteicos.
Varios estudios reflejan que los productos apetentes y altamente digestibles
como pueden ser los péptidos digestibles de porcino, al tener en su composición
un elevado % de aminoácidos libres y péptidos de bajo peso molecular
facilitan al máximo durante la primera semana postdestete la acción
de las proteasas digestivas. Como consecuencia, hay un mejor aprovechamiento
del alimento y mejor absorción a nivel intestinal gracias a un desarrollo
superior de la mucosa.
Figura
2. Histología de la mucosa intestinal porcina de lechones destetados
a los 21 días de edad. |
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Vellosidades de una
dieta estándar |
Vellosidades de una
dieta con inclusión de hidrolizado de proteína porcina |