La lactosa
es uno de los tres componentes principales de la leche, en ganado porcino representa
aproximadamente un 27% de la materia seca, junto con un 29% de proteína
y un 39% de lípidos. La lactosa es un disacárido formado por glucosa
y galactosa unidos por un enlace a(1-4). Existen las formas isómeras α
y β, y su proporción varía en la leche de las diferentes especies
animales (p. e. vaca: 40% α y 60% β, humanos: 15% α y 85% β).
La lactosa a se cristaliza totalmente mejorando la fluidez de los productos en
polvo, asimismo su proporción puede aumentarse durante el proceso de secado.
A la lactosa β se le atribuye un efecto favorable sobre la flora intestinal
de los lactantes, e intenta aumentarse en las leches maternizadas con el fin de
asemejarse a las proporciones de la leche de la mujer.
Existen en el mercado una gran diversidad de ingredientes lácteos que pueden
utilizarse en la formulación de piensos para lechones, con diferentes contenidos
en lactosa: leche descremada en polvo (45-52%), sueros ácidos o dulces
(65-72%), permeatos de lactosa (84%), concentrados de proteína de suero
(50%), sueros delactosados (35-45%), suero reengrasado (35-45%) o lactosa (95%).
La lactosa se digiere mayoritariamente por la lactasa durante su tránsito
por el intestino delgado (principalmente yeyuno), siendo su digestibilidad muy
elevada en condiciones normales. Si la actividad de la lactasa es insuficiente,
parte de la lactosa llegará al íleon e intestino grueso donde será
fermentada por la microflora, con la consiguiente formación de diferentes
ácidos orgánicos (p.e. láctico). Situaciones en las que pueda
haber un déficit de actividad lactasa son: a) justo después del
destete, por el estrés, disminución brusca del consumo y caída
de la producción de enzimas, tanto enzimáticos como los producidos
en la pared intestinal, y b) en animales adultos en los cuales la secreción
de lactasa va disminuyendo progresivamente con la edad, y desapareciendo tras
un periodo prolongado de ausencia de sustrato.
La lactosa favorece el mantenimiento y proliferación de la flora láctica
del intestino adaptada a la utilización de la lactosa (predominante lactobacilos
y bifidobacterias). La flora láctica es la mayoritaria en los lechones
lactantes, por tanto niveles altos de lactosa en los primeros piensos post-destete
favorecerán su mantenimiento y una transición progresiva hacia una
flora más típica de una dieta vegetal (almidón y PNA). La
flora láctica es beneficiosa para la salud intestinal del lechón
por la exclusión competitiva (espacio y nutrientes) de la colonización
y crecimiento de otras bacterias potencialmente patógenas, tanto nativas
como no nativas. Asimismo, mediante la formación de ácido láctico
y otros ácidos orgánicos, disminuye el pH intestinal (en lechones
lactantes parcialmente suple la carencia de producción de ácido
clorhídrico) y actúa contra determinados grupos bacterianos sensibles
a estos ácidos.
Muchos estudios han mostrado la importancia de incluir productos lácteos
en los piensos de lechones, sobretodo durante el periodo inmediatamente posterior
al destete. Asimismo existe diferentes criterios sobre qué fracción
de los productos lácteos es la más beneficiosa para los lechones
(lactosa vs proteína láctea), con la corriente norteamericana indicando
a la lactosa como el componente más importante de los productos lácteos.
Estos estudios en general muestran mejoras de los índices productivitos
(consumo, crecimiento e índice de conversión) y de la salud intestinal
(altura de la vellosidades y incidencia de diarreas).
A pesar de su coste y dificultad de manejo (higroscopicidad y fluidez), la inclusión
de productos lácteos en los piensos de lechones es muy generalizado, pudiendo
tener efectos beneficiosos en aspectos como:
|
•
Fuente de energía muy digestible para los lechones, de gran importancia
justo después del destete, en el que se pasa de la leche de la
madre líquida rica en lactosa como fuente de carbohidratos al pienso
seco donde el almidón es la principal fuente de carbohidratos.
• Favorece las condiciones ácidas en el estómago,
con su repercusión sobre la digestibilidad de la proteína,
solubilización de minerales y barrera contra microorganismos.
• Confiere una alta palatabilidad al pienso, que estimulará
el consumo.
• Robustez en la salud intestinal (flora láctica, vellosidades,
pH, exclusión competitiva).
• Facilita la compactación del gránulo. En exceso
de temperatura puede caramelizarse, dando lugar a gránulos demasiado
duros, oscuros y con gusto amargo. Para facilitar su paso por las matrices
de granulación puede ser necesario adicionar al pienso agua o grasa
como lubricantes, sobretodo con diámetros de gránulo muy
pequeños.
• La inclusión de productos lácteos aclara el pienso,
con sus implicaciones comerciales. |
Las recomendaciones varían mucho entre autores, y dependen del resto de
componentes de la dieta, como la incorporación o no de cereales procesados,
plasma, harina de pescado LT, etc. Una recomendación razonable sería
utilizar los productos lácteos hasta unos 12 kg de peso vivo aproximadamente
(probablemente inclusiones posteriores no justifican su coste), con niveles de
12-15% a 7-10% para piensos de entre 5 y 12 kg en el caso de usar 2 tipos de pienso
hasta 12 kg, y de 12% para piensos de 5-12kg si solo se utiliza un pienso.
En conclusión, la lactosa es un nutriente muy importante en el destete,
y puede ser suministrada con diferentes fuentes lácteas.