Sígfrid López y Carmen Valverde. Adiveter s.l. España.
26-ago-2005 (hace 19 años 3 meses 28 días)Las dioxinas y DLCs (compuestos similares a dioxinas) se acumulan, en la cadena
alimentaria, en el componente lipídico de los alimentos de origen animal.
Pese a que los niveles de dioxinas en el medio ambiente (y, por tanto, su exposición
a humanos) han disminuido desde finales de los años 70, estos contaminantes
siguen constituyendo un importante objeto de interés público dada
su frecuente entrada en la cadena alimentaria. Una de las principales cuestiones
de interés son las rutas que siguen las dioxinas en los sistemas de producción
animal y los efectos que causan en ellos.
Vías directas e indirectas de entradas de DLC en los alimentos
de origen animal
Las dioxinas penetran en la cadena alimentaria del animal de forma directa o
indirecta. Los mecanismos directos incluyen las vías aire-planta, aire-suelo,
aire-planta-animal, aire-suelo-animal, agua/sedimento-pescado. Los DLCs pueden
ser de nueva producción o tras acumulación en reservorios, depósitos
en vegetales, suelos y sedimentos acuosos tras deposición atmosférica
o por uso de pesticidas y fertilizantes. Tras estos orígenes (la principal
fuente es medioambiental), los DLCs quedan retenidos en las superficies de las
plantas y suelos, así como en aguas freáticas. Aproximadamente
el 5% de depósitos aéreos de DLCs en medioambientes terrestres
son retenidos por las plantas, mientras que el 95% restante va a parar al suelo,
reservorio que, finalmente, también utilizan las plantas que servirán
de alimento a los animales.
Los DLCs entran en los sistemas acuáticos vía descarga directa
de DLCs en el agua, por deposición en el terreno y por corrimientos de
aguas. Los animales acuáticos también bioacumulan estos compuestos
por contacto directo con el agua, partículas en suspensión y sedimentos
del fondo de los lechos marinos/fluviales, así como a través del
consumo de otros organismos acuáticos.
Los sistemas indirectos se generan por prácticas agrícolas que
llevan a la contaminación de plantas y al uso de subproductos animales
usados en formulación. Los animales pueden acumular altos niveles de
DLCs mediante estos mecanismos indirectos. Los subproductos animales acuáticos
-bioacumuladores de dioxinas- son utilizados en los piensos animales, que también
incluyen cereales, forrajes y subproductos animales (grasas). Estos piensos
contribuyen potencialmente a la carga de DLCs y su entrada en la cadena alimentaria.
Este enlace es un paso importante de intervención para poder interrumpir
el ciclo de DLCs en dicha cadena.
Identificación de los puntos de exposición
Es importante identificar los pasos potenciales en producción agraria donde
es posible intervenir para reducir la exposición a DLCs. La producción
animal comprende un amplio rango de sistemas de manejo (extensivos, intensivos).
En el caso de producción porcina, la exposición directa a dioxinas
por acceso a terreno potencialmente contaminado no debería ser evaluada
(excepto en producción extensiva, como es el caso del cerdo ibérico).
En general, el riesgo de exposición a DLCs en cada una de las producciones
animales puede ser predecido por las fuentes medioambientales y características
químicas de los compuestos.
Granos
No es fácil que los cereales (maíz, trigo, avena y cebada) se contaminen
con DLCs durante su producción. Sin embargo, algunos de sus subproductos
(segundas, terceras, salvados) pueden contener DLCs residuales como resultado
de concentración de contaminación superficial contribuida por incineradores
locales o contaminación terrestre persistente por una aplicación
histórica de pesticidas. Aún así, el riesgo relativo de DLCs
en cereales es bajo: mientras que los valores de TCDD en forrajes alcanzan 59
pg/ kg, en granos pueden ser de 4,1 pg/ kg.
Hierbas y Forrajes
Los ingredientes verdes presentan un superior riesgo de entrada de dioxinas y
son el principal punto de entrada de DLCs en la cadena alimentaria. En general,
las concentraciones de DLCs en plantas reflejan los niveles de contaminación
ambiental donde crecen. La principal contaminación es vía aérea
en la superficie externa de estos forrajes y depende del tamaño de partícula,
área foliar, biomasa vegetal y densidad. La lluvia puede arrastrar partículas
a la parte inferior de la planta o al suelo, por lo que supone un riesgo en pastoreo,
pero no para el producto final cosechado. Existe, asimismo, una diversidad en
la retención de DLCs en plantas (dependiendo de la época del año).
Por otro lado, algunas técnicas de procesado -secado, fenificación-
reducen la presencia de DLCs por volatilización de dichos contaminantes.
Terreno
El suelo representa un importante reservorio de DLCs para animales en pastoreo.
En general, el nivel de DLCs en suelo refleja la contaminación medioambiental
y se ha estimado que, por ejemplo, los rumiantes en pastoreo absorben cerca del
29% de los DLCs por ingestión de tierra. Esta exposición se ve altamente
reducida en animales en la producción porcina habitual, pero puede ser
importante en producción porcina extensiva.
Agua
La elevada lipofilidad de las DLCs reducen el potencial de contaminación
del agua - excepto a través de contaminación de tierra. Los sistemas
de filtración del agua permiten niveles mínimos de DLCs, mientras
que los sedimentos poseen los niveles más elevados. Su contribución
a los sistemas de producción es mínima.
Contaminantes puntuales
El alojamiento e instalaciones de los animales puede ser fuente de DLCs. El uso
de maderas tratadas con PCPs (pentaclorofenoles) ha supuesto un importante reservorio
habitual de DLCs en granja, favoreciendo su entrada en la cadena alimentaria por
contacto o lamido. El uso de aceites, grasas y químicos orgánicos
que entran en contacto con los piensos animales durante su procesado o almacenaje
suponen una fuente de DLCs adicional, bien por contaminación intencionada
o accidental. Los niveles de contaminación con DLCs de algunas arcillas
utilizadas en alimentación animal (según origen mineral específico)
pueden suponer otra entrada alternativa de DLCs en la cadena alimentaria.
Producción porcina intensiva
En general, las operaciones de manejo intensivo eliminan el acceso a tierra
y aguas superficiales por parte del animal y limitan de forma importante algunas
posibles exposiciones a DLCs. Así, las exposiciones a aerosoles y contacto
con aguas superficiales se ven minimizadas. Los piensos se presentan de forma
altamente procesada y, para porcino, básicamente como granos (el consumo
de pastos en porcino oscila entre 3,3 a 8% de su dieta). Debido a todo ello,
la contaminación ambiental con DLCs en estos sistemas es inferior que
en sistemas extensivos. Si las raciones dadas a cerdos no incluyen forrajes,
henos o hierbas, la exposición a DLCs aún se ve más reducida.
Así, un control rutinario de fuentes lipídicas (aceites de pescados,
sebos, mantecas) y de subproductos de cereales, mediante analítica o
certificación de proveedores es necesario.
Los cerdos consumen tierra cuando hozan, al tener acceso al exterior, incrementando
su exposición a DLCs, que se ven acumulados en sus tejidos grasos. El
creciente número de explotaciones extensivas hace necesario un superior
control del nivel en DLCs de los terrenos en los que estos animales crecen.
En un siguiente artículo se incluirán los niveles habituales en
ingredientes habituales de dietas de porcino tras análisis extensivos por
parte de la EPA (Environmental Protection Agency).