Cada vez somos más conscientes del mayor valor para el consumidor de la
seguridad y calidad de los alimentos, sobre su función primaria de aportar
nutrientes a buen precio. Mientras que la calidad de los alimentos es un atributo
voluntario, progresivo y de diferenciación comercial de los productos,
la seguridad (inocuidad) es un requisito imprescindible y obligatorio para todo
alimento de consumo.
En el Reglamento CE 178/2002, se fijan los procedimientos relativos a la seguridad
alimentaria a nivel comunitario, con el fin de asegurar un nivel elevado de protección
de la salud de las personas y de los intereses de los consumidores en relación
con los alimentos. Asimismo establece que la seguridad alimentaria debe basarse
en un planteamiento global e integrado a lo largo de toda la cadena alimentaria
(de la granja a la mesa), con una trazabilidad tanto aguas arriba como aguas abajo
y considerándose a los fabricantes de pienso uno de los eslabones principales.
El nuevo Reglamento CE 183/2005 sobre higiene del pienso, de aplicación
obligatoria a todos los fabricantes de pienso a partir del próximo 1 de
enero del 2006, establece la necesidad de aplicar los principios del sistema APPCC
según los principios fijados por el Codex Alimentarius. Estos principios
se basan en la identificación de los riesgos y peligros, determinación
de los Puntos Críticos de Control (PCC), los límites críticos,
los sistemas de vigilancia y las medidas correctoras.
Los peligros de los alimentos pueden ser de tipo físico, químico
o biológico. En el caso de las grasas, y de cara al consumidor final, son
los de tipo químico los de mayor importancia. Aunque como peligro biológico
se consideran las impurezas de origen animal (<0,15%, Reglamento CE 1774/2002)
para evitar la transmisión de la BSE. A continuación enumeramos
los principales riesgos químicos de las grasas
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- Problemas de alteración
de la grasa por mala manipulación o conservación, relacionados
con la oxidación o sobrecalentamiento del producto. Habrá
formación de compuestos tóxicos y pérdida de valor
nutritivo.
- Sustancias indeseables, según lo establecido en la Directiva
2002/32/CE, como los metales pesados, restos de plaguicidas y las dioxinas
(+PCBs). Aparte de lo establecido en la legislación, pueden considerarse
otros contaminantes como el níquel, cobre o hierro por acelerar
las oxidaciones, y residuos de disolventes y otras sustancias orgánicas
- Por último, dependiendo del tipo de grasa, pueden presentarse
una serie de contaminantes naturales como el ácido erúcico,
el gosipol libre de la semilla de algodón u otros factores antinutricionales
liposolubles presentes en las variedades de mostaza (Brassica juncea,
Brassica nigra, etc). |
A parte de los análisis que puedan y deban realizarse, todo sistema de
seguridad eficaz se basará en la evaluación y confianza con los
proveedores, así como actuaciones a nivel sectorial o interprofesional
para los sistemas de vigilancia de los peligros más costosos analíticamente
y esporádicos. Porque, como todos sabemos, cualquier problema de seguridad
alimentaria afecta a toda la cadena.
En cuanto a los aspectos de calidad de la grasa en la carne son tanto cuantitativos
como cualitativos. Como lo son:
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El consumidor prefiere carnes magras (dietética) y con infiltración
muscular (terneza y sabor). Mientras que la industria busca mejoras en
la manipulación, cocción y elaboración de charcutería.
- Los perfiles de ácidos grasos más insaturados serán
más saludables, y el caso del oleico de mejor palatabilidad. Sin
embargo, más susceptibles a la oxidación y en exceso (>15%
de ácido linoleico) representará un problema tecnológico
de grasa demasiado líquida.
- Se han descrito efectos beneficiosos sobre la salud (arteriosclerosis
y colesterol) el consumo de ácidos grasos omega 3. A través
de su suministro en el pienso es posible conseguir carnes enriquecidas.
- Tras el sacrificio y durante su conservación la grasa puede oxidarse,
representado un problema de perdida de calidad (color, sabor y olor) y
de seguridad alimentaria al formarse ciertos compuestos tóxicos
predisponentes de ciertas enfermedades degenerativas. La presencia y enriquecimiento
de la carne con sustancias antioxidantes como la vitamina E, C o polifenoles
naturales, será beneficioso para la calidad de la carne y salud
de los consumidores. |