Alimentación líquida fermentada para porcino

Escribe E. Borja e.borja@anscoop.es

04-oct-2004 (hace 20 años 1 meses 12 días)
¿Qué es la alimentación líquida fermentada?

La alimentación líquida fermentada (ALF) es un sistema de alimentación para cerdos que ha suscitado un gran interés durante estos últimos años en varios países del norte de Europa por su efecto positivo sobre la salud digestiva - la ALF es capaz de prevenir diarreas y otros problemas digestivos en lechones y cerdos de engorde - y por su capacidad para reducir la transmisión de Salmonella a la carne de cerdo.

¿En qué se basa?

El fundamento de este sistema de alimentación se basa en el hecho de que cuando el pienso mezclado con agua se deja fermentar durante un tiempo suficiente por acción de su propia flora - o por acción de una flora láctica seleccionada añadida a la mezcla - las bacterias lácticas suelen dominar la fermentación, proliferando en el pienso y transformando una parte de los hidratos de carbono en ácidos orgánicos, fundamentalmente ácido láctico, pero también otros como acético, propiónico y butírico, con lo que el resultado final, que es a la vez el objetivo de la fermentación, es un pienso ácido, con un pH inferior a 4,5, muy rico en ácido láctico, con un alto contenido en bacterias lácticas y con un contenido reducido en enterobacterias patógenas, como E. coli y Salmonella.

¿Qué ventajas proporciona?

Las principales ventajas asociadas al empleo de la ALF tienen que ver con el mantenimiento de un tracto gastrointestinal menos susceptible a las enfermedades digestivas ocasionadas por gérmenes patógenos: Además de éstos, se han producido otros hallazgos de interés en diferentes trabajos de investigación acerca de la ALF: ¿Y cómo afecta a los resultados productivos?

En cuanto a los rendimientos productivos, la utilización de este sistema de alimentación ha producido resultados variables, incluso a nivel experimental, y se han reportado algunos resultados poco consistentes, e incluso negativos, a nivel comercial. Entre las razones que se han empleado para justificar estos resultados figuran, por un lado, el hecho de que en el proceso de fermentación desaparece una parte de la lisina sintética, que es degradada por los microorganismos, y por otro, la dificultad para conseguir en ciertas condiciones fermentaciones óptimas, bien por falta de sensibilidad a nivel de granja, o bien porque las fermentaciones pueden ser en sí mismas muy variables y difíciles de controlar. Todos los autores coinciden en que es fundamental un control preciso del proceso de fermentación para que la ALF pueda dar resultados positivos, de tal forma que si se producen fermentaciones incompletas o incontroladas, pueden proliferar en exceso las bacterias enteropatógenas, o puede haber un desarrollo excesivo de levaduras indeseables, capaces de producir compuestos de olor y sabor desagradable que reducen el consumo voluntario de la dieta.

Para superar estos problemas se han propuesto algunas alternativas como: