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El
confort en la zona de lechones es importante parar mejorar la supervivencia |
Introducción
Se puede considerar que la cerda finaliza la gestación e inicia la fase de parto
alrededor de 2 ó 3 días antes del nacimiento de los lechones. Existen dos objetivos
naturales de esta fase: primero, asegurar que los fetos sean viables y, segundo,
mantenerlos vivos una vez nacidos.
Fase preparto: Incremento de actividad y de ingestión de agua
En condiciones naturales, para conseguirlo, la cerda inicia la fase del parto
separándose del grupo de animales con los que convive y buscando una zona en la
que parir. Su actividad aumenta entonces con el objetivo de buscar y recoger sustrato
para construir un nido. Esto ocurre de la misma manera en cerdas criadas en sistemas
extensivos cuando disponen de un sustrato adecuado (hierbas, paja, etc).
Algunos estudios han demostrado que esta conducta de nidificación no se ha perdido
a lo largo del proceso de domesticación. El equipo de Per Jensen, de la Universidad
de Linköping (en Suecia), realizó un estudio en el que dejaron en libertad a un
grupo de cerdas. En los días previos al parto, las cerdas realizaban una gran
cantidad de desplazamientos con el fin de buscar sustrato y transportarlo para
la construcción de un nido. Es decir, dicho comportamiento se puede entender como
una necesidad de conducta (de la misma manera que tienen necesidades fisiológicas
como comer o beber, los animales también tienen necesidades conductuales).
En sistemas intensivos, debido a la restricción de movimientos en la jaula de
partos, el aumento de actividad se refleja en un incremento en el número de cambios
de postura del animal. Aunque es importante proteger a los lechones, también lo
es mantener un buen grado de bienestar de la cerda, evitando situaciones estresantes
como la provocada al utilizar jaulas con sistemas que impiden que el animal se
levante.
Ya que al introducir a la cerda en la sala de maternidad provocamos un cambio
en su ambiente, es importante ofrecerle un tiempo de adaptación a la nueva jaula,
especialmente cuando se trata de cerdas primíparas (primerizas). Los animales
deberían alojarse en la sala de maternidad varios días antes del inicio de la
fase del parto, teniendo en cuenta que ésta se inicia con el incremento de la
actividad por la conducta de nidificación mencionado anteriormente.
Dicho cambio de ambiente es más brusco cuando los animales proceden de grupos
alojados en patios, situación que se impone a la luz de la nueva directiva en
bienestar animal. Aunque esta directiva ya se comentará con detenimiento en otro
capítulo, es necesario plantearse las modificaciones en el manejo que supondrá
su aplicación, con el fin de evitar situaciones que afecten negativamente a los
animales. En este sentido, es destacable el hecho de que el ejercicio físico (actividad
general) durante la gestación favorezca las condiciones fisiológicas en que la
cerda llega al momento del parto, facilitando la expulsión y la viabilidad de
los lechones.
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Un
sustrato adecuado mejora la viabilidad de los lechones |
El nido podría tener funciones, como evitar depredadores, que en explotaciones
ganaderas no tengan demasiado sentido. Sin embargo, funciones más importantes
del nido son el permitir a la cerda disponer de un lugar cómodo para ella y ofrecer
unas condiciones adecuadas que favorezcan la viabilidad de sus crías. En el primer
caso, se ha demostrado que algunos tipos de suelo utilizados en las salas de maternidad
pueden resultar incómodos, provocando que la cerda cambie de postura con más frecuencia
de lo que sería necesario. Esto además se ve agravado por el hecho de que los
animales son seleccionados cada vez más por su porcentaje en magro, cuando la
grasa subcutánea sirve como 'colchón' y evita las molestias que se originarían
al mantener la misma posición echada durante un tiempo prolongado.
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La
cerda dispone de poco espacio, no tiene por qué ser ella o los lechones |
En el segundo caso, la función del nido sería mantener un ambiente adecuado para
garantizar la viabilidad de los lechones. Es decir, el nido permite mantener una
temperatura óptima para los lechones, aspecto cuya importancia es bien conocida
para los productores de porcino. Un detalle interesante es que la cerda es de
los pocos mamíferos que no lamen a sus crías después del parto. Esta conducta
tiene funciones muy importantes en otras especies, entre las que destacaríamos
la estimulación de la cría y el secado de los líquidos del parto. Teniendo en
cuenta que la evaporación del líquido que impregna la piel de los lechones provoca
hipotermia (una disminución de la temperatura corporal), se entiende que el nido
mejora las condiciones ambientales en las que nacerán los lechones creando un
microclima que impida la hipotermia.
Otra conducta que se ve modificada en este periodo es la ingestión de agua. Las
cerdas pasan de beber 20 a beber alrededor de 40 litros el día previo al parto.
Esta conducta está justificada si tenemos en cuenta cómo serán las 48 ó 72 horas
que seguirán al nacimiento de la primera cría.