Biotina en la alimentación del ganado porcino

Alfred Blanch
07-ene-2003 (hace 21 años 11 meses 15 días)

La biotina es un transportador activado de CO2 que participa en numerosas reacciones de carboxilación en el organismo animal como la carboxilación del ácido pirúvico a ácido oxaloacético, la conversión del ácido propiónico en ácido succínico vía metil malonil CoA, transcarboxilaciones en el catabolismo de ciertos aminoácidos y la conversión de acetil CoA en malonil CoA en la producción de ácidos grasos de cadena larga. Además, la biotina desempeña un papel esencial en la síntesis de piridina y pirimidina. Por todo ello, la biotina es un coenzima de gran importancia en el metabolismo de los hidratos de carbono, las proteínas y los lípidos.

La importancia metabólica de la biotina en ganado porcino se ha puesto de manifiesto en numerosos estudios en los que se ha observado que su suplementación en la dieta es necesaria para el correcto desarrollo y mantenimiento de pezuñas, piel y pelo, así como para un crecimiento adecuado y una óptima función reproductora. En este sentido, su deficiencia se manifestará con síntomas de diversa naturaleza como la aparición de grietas en las pezuñas, a menudo acompañadas de dolor, cojeras y postraciones prolongadas, dermatitis exudativa, alopecia o un menor rendimiento productivo tanto en animales reproductores como en lechones y cerdos de engorde.

Durante mucho tiempo se pensó que la suplementación del pienso con biotina no era necesaria al ser ésta sintetizada por la flora intestinal, además de estar presente en muchos ingredientes. Sin embargo, en la bibliografía existen referencias a casos de sintomatología inespecífica en condiciones de campo que han sido resueltos con la inclusión de biotina en el alimento. Las deficiencias en biotina en ganado porcino pueden ser debidas a diversas causas como:

- La gran variabilidad en el contenido y disponibilidad de la biotina en los ingredientes del pienso.
- Condiciones de procesado y almacenamiento de los ingredientes y/o piensos que puedan favorecer la presencia en el alimento de ciertos mohos productores de sustancias que inactivan la biotina.
- Las interrelaciones entre la biotina y otros nutrientes como el ácido pantoténico, la piridoxina, B12, el ácido fólico, la tiamina, la riboflavina o el ácido ascórbico. Así, por ejemplo, hay evidencia de que niveles bajos de ácido fólico en la dieta de las cerdas incrementan las necesidades en biotina.
- Los suelos de slats, los cuales reducen considerablemente la coprofagia (las heces contienen biotina sintetizada en el intestino).
- El incremento de las necesidades en biotina debido a los altos rendimientos productivos y reproductivos derivados de una intensa mejora genética.

A pesar de conocerse el riesgo de deficiencias en biotina en la producción porcina intensiva, todavía hay algunos productores de correctores en España que no incluyen biotina en ninguna de las fases productivas del ganado porcino. Ello puede deberse a la dificultad en detectar deficiencias marginales o subclínicas de biotina, frecuentes en condiciones de campo. El hecho de que no todos los síntomas descritos tienen porque darse simultáneamente y de que frecuentemente la manifestación clínica de la deficiencia en biotina sólo se dé en un número reducido de animales de una granja puede hacer pasar por alto un problema subclínico que, sin embargo, comprometerá los rendimientos productivos de toda la explotación. Además, al tratarse de una sintomatología inespecífica, los veterinarios y nutricionistas podrían fácilmente confundirla con otras deficiencias de origen dietético. En este sentido, el nivel de biotina en sangre no parece ser un buen indicador del estado de biotina del cerdo puesto que, aunque esté relacionado con la ingesta de este compuesto, existe una gran variación entre individuos. Por otro lado, puede haber granjeros que consideren normal el hecho de que unos pocos animales en su explotación presenten lesiones en las pezuñas, dermatitis o pérdida de pelo.

La mayoría de los piensos para ganado porcino existentes en el mercado están suplementados con biotina – particularmente los piensos para reproductoras y lechones-, sin embargo existe una amplia variabilidad de niveles de inclusión. Esta confusión es sin duda debida a la dificultad de fijar niveles consistentes tanto por parte de los organismos oficiales de investigación como por las empresas de genética animal y las grandes multinacionales productoras de vitaminas.

Sin embargo, al margen de la inconsistencia en las recomendaciones “oficiales”, la experiencia práctica en determinados mercados como Alemania, Holanda o Estados Unidos ha demostrado que la suplementación sistemática de los piensos porcinos con niveles de biotina superiores a los que se reportan en nuestro país deriva en un marcado descenso en problemas de cojeras, dermatitis y alopecias. Asimismo, en diversas pruebas experimentales con cerdas reproductoras se ha observado que inclusiones superiores a 200 mg/kg de biotina en pienso mejoran significativamente el rendimiento reproductivo de los animales. La experiencia en otros países así como los resultados experimentales hasta ahora publicados hacen pensar que niveles de biotina en pienso, superiores a los mayoritariamente utilizados en la práctica, podrían ser recomendables.

Lo cierto es, sin duda alguna, que, hoy por hoy, en piensos porcinos la biotina se dosifica sin precisión por falta de información consistente al respecto. Es necesario, pues, el establecimiento de recomendaciones basadas en estudios rigurosos que contemplen las numerosas interacciones entre este compuesto y otros nutrientes en las distintas fases productivas del ganado porcino.