Caso clínico: Pérdidas post-destete

15-nov-2002 (hace 22 años 1 meses 7 días)

Descripción de la explotación y anamnesis

Durante el mes de mayo del año 2000 el propietario de una explotación de producción integrada se pone en contacto con el veterinario para que visite una explotación de cría que en aquellos momentos se había puesto a la venta a causa de la difícil situación de los precios de mercado. La difícil situación económica se vio agravada por las grandes pérdidas por mortalidad y eliminados durante el post-destete que se verifica ya sea en la explotación de reproducción donde los lechones se quedan hasta los 70 días de vida o ya sea en la explotación de engorde.

Se trata de una explotación de 800 cerdas de ciclo abierto para la producción de cerdos de 30 kg perteneciente a un productor individual.

Las medidas de bioseguridad son insuficientes.

Estado sanitario: la explotación es positiva a Mycoplasma, Actinobacillus pleuropneumoniae, Rinitis Atrófica, PRRS, Circovirus tipo 2 y Sarna. Se realiza la vacunación rutinaria de las cerdas contra Aujeszky, E. coli, Parvovirus y Rinitis Atrófica y se tratan con un antiparasitario acaricida antes del parto. Los lechones se vacunan contra Mycoplasma a los 7 y 21 días de vida, contra Aujeszky a los 63 días y de forma irregular (durante los meses de invierno) contra Actinobacillus a los 42 y 70 días.

La anamnesis muestra un índice de mortalidad del destete al momento de la venta que oscila entre el 15% y 20% desde hace 12 meses, por otro lado, al inicio del engorde, el comprador de los animales comenta que durante el primer mes las pérdidas por muertes y eliminados oscila en torno al 10%. Durante los últimos 12 meses se han realizado muchos análisis de laboratorio que mostraron la presencia de Mycoplasma o Actinobacillus casi siempre asociados a PCR positivos para PRRSV y PCV2.

Se utilizaron todos los antibióticos disponibles en el mercado suministrados tanto en el pienso como a través del agua de bebida con el único resultado de empeorar los costes sin haber obtenido beneficios consistentes. Tras la aparición de una nueva y costosa vacuna viva atenuada contra el PRRS, el propietario pidió en repetidas veces al veterinario un dictamen sobre su utilización en lechones.

Visita a la explotación

La explotación desteta 22,3 lechones y hasta el final de la sala de partos las cosas van bastante bien, aunque parte del manejo podría mejorarse. En los destetes no se observan problemas hasta que los lechones tienen unos 50 días de edad; a partir de ese momento aparece un importante síndrome respiratorio con lechones que no responden a trataminetos tanto utilizando amoxicilina, enrofloxacina o fluorfenicol. En lechones de 65 a 70 días se observan algunos animales pálidos y con pelo hirsuto. Según el ganadero estas manifestaciones a veces aparecen de forma repentina y otras veces son el resultado de un largo síndrome respiratorio.

Un alto porcentaje de los cerdos desnutridos presenta síntomas de un síndrome entérico caracterizado por heces líquidas de color normal. La situación es realmente dramática; en cada corral el 20% de los ceros están colereados de rojo, cerde y azul, testimonio de la una terapia antibiótica de 3 días de duración, pero el resultado es negativo.

Se procede a examinar algunos animales muertos y a sacrificar a los animales con menos probabilidad de sobrevivir. Las fotografías siguientes muestran el cuadro anatomo-patológico:

Lesiones pulmonares de tipo A1, B1 y B2

Lesiones pulmonares de tipo A1

Lesión A1

Lesiones pulmonares de tipo B1

Lesión B1

Lesiones pulmonares de tipo B2

Lesión B2

Lesiones entéricas que afectan de forma marcada de los nódulos linfáticos mesentéricos.

Lesión entérica de tipo C1

Lesión C1

Linfoadenomegalia especialmente evidente en los nódulos linfáticos inguinales.

Lesión D1

D1

Lesión D2

D2

Lesión D3

D3

Análisis de muestras y medidas tomadas

Siete días después de la visita a la explotación el veterinario se reúne con un futuro comprador de la explotación. Durante estos siete días desde la ultima visita se han enviado muestras de vísceras y sangre al laboratorio procedentes de lechones de 7, 21, 35, 49 y 70 días de edad.

Los resultados fueron:

A1: aislamiento de Actinobacillus pleuropneumoniae serotipo 9.
B1 y B2: PCR positiva para PRRSV y PCV2.
C1: nódulos linfáticos positivos para PCV2 mediante PCR y aislamiento de E. coli hemolítico.
D2 y D3: nódulos linfáticos inguinales positivos a PCV2 mediante PCR.

Serología PRRS:

7 días: PCR positivo=1 sobre 10 Elisa pos. 8 sobre 10
21 días: PCR negativo Elisa positivo: 7 sobre 10
35 días: PCR negativo Elisa positivo 3 sobre 10
49 días: PCR positivo 3 sobre 10 Elisa positivo 2 sobre 10
70 días: PCR positivo 2 sobre 10 Elisa positivo 8 sobre 10

El cliente no se muestra muy interesado en el discurso científico y prefiere concluir el tema porque la situación de mercado se muestra más favorable, quiere comprar y desea tener una respuesta rápida.

Tras haber afrontado de una forma puramente académica la hipótesis de una "despoblación" como mejor opción a realizar esta se transformó en un "asunto normal" y se decidió adoptar el siguiente protocolo:

- Despoblación parcial (todos los lechones presentes enla explotación se llevan a un destete exterior durante 4 semanas.
- Interrupción de la reposición al menos durante 6 meses.
- Vacunación de las cerdas contra Actinobacillus.

El veterinario informa al cliente que la probabilidad de informar del valor de las pérdidas dentro de la normalidad es poco más elevado del 50% puesto que uno de los patógenos, el PCV2 no se puede enmarcar dentro de este tipo de protocolo según los conocimientos actuales.

En julio de 2000 se produjo la compra de la explotación. El protocolo fue aplicado durante el periodo de julio-agosto y a finales de este ultimo mes se inició de nuevo el destete dentro de la explotación misma.

Los lechones fueron alimentados con pienso con colistina hasta los 35 días de vida y con una asociación de amoxicilina y lincomicina desde el día 35 hasta el 70 de vida. Las pérdidas debidas a muertes o eliminados durante el periodo de setiembre a diciembre se contabilizaron en un 5% y se decidió disminuir la cobertura antibiótica. Durante los meses de enero y febrero se observó un aumento de las pérdidas que alcanzó el 8% de forma que se volvió a establecer la medicación hasta que los valores disminuyeron de nuevo hasta un 3 a 4%.

A partir del mes de setiembre los lechones destetados se seroconvertían a PRRS entre los 60 a 70 días de vida mientras que a edades inferiores los resultados de las pruebas ELISA y PCR eran negativos.

Las autopsias realizadas durante el mismo periodo evidenciaron solo lesiones indicativas de PRRS y PCV2 y ninguna lesión indicativa de otros patógenos.

En marzo de 2001 el cliente le comunica al veterinario recordándole que aún debe afrontarse el tema de la reposición.

Solución del caso

Finalmente se decide comprar primerizas de reposición PRRS negativas de entre 70 a 170 días de vida que son introducidas a partir del mes de mayo e inyectadas con una vacuna viva atenuada del virus del PRRS. La vacunación se repitió pasado un periodo de 4 semanas dentro del local de cuarentena.

A la entrada en la explotación las primerizas se mantuvieron en un local de adaptación hasta los 220 a 230 días de edad.

Durante el periodo de cuarentena de las primerizas todos los reproductores de la explotación fueron vacunados en sábana con la misma vacuna y 30 días después se inició un programa vacunal con vacunación a mitad de la lactación y a los 55 días de gestación. Al mismo tiempo se inició la introducción de primerizas PRRS negativas de 21 días de edad.

El porcentaje de pérdidas consolidado a finales de setiembre de 2002 fue del 3,2% de mortalidad y 1,3% de eliminados. En la fase de engorde el porcentaje de pérdidas fue normal.

La medicación se redujo de forma gradual hasta mantener sólo la colistina durante la primera fase y sucesivamente lincomicina eliminando la costosa amoxicilina.

Comentarios

En la práctica cotidiana la patología raramente se presenta sola y sí de forma asociada, con síntomas y lesiones anatomo-patológicas que se superponen, haciendo más complicado el poder prever los resultados de protocolos ya aplicados en otros casos donde las manifestaciones clínicas o anatomo-patológicas se presentan solas o con predominio de una lesión respecto a la que en este caso nos afectó.

La situación, pues, se complica posteriormente cuando se ve implicada una transacción comercial de compra-venta: por un lado el comprador con ganas de cerrar el tema dado los beneficios evidentes de comprar en un momento favorable y con la posibilidad de reducir el precio de compra debido a la situación sanitaria, y por otro lado, el gerente de producción, con el que se colabora desde hace tiempo, que por contra evidencia todos los lados negativos de la operación por el miedo a adquirir un problema que le complicaría el trabajo.

A las habituales reflexiones puramente técnicas se suman aquellas éticas respecto a quien está "obligado a rebajar." En estas situaciones es importante plantear todos los escenarios posibles, desde el más positivo al más negativo fijando cuales son los puntos no negociables.

La situación era dramática, por lo tanto la despoblación total era el camino a seguir; cualquier otra vía habría dado resultados parciales que no se podrían haber traducido en números reales. En nuestro caso el razonamiento seguido fue el siguiente:

- La explotación se encontraba en muy malas condiciones sanitarias, por lo tanto, una despoblación parcial habría disminuido en todo caso la presión de infección y habrían quedado beneficios momentáneos pero se corría el riesgo de volver tras pocos meses al punto de partida.

- El virus de Aujeszky no estaba implicado, el Mycoplasma hyopneumoniae, aunque presente, pareció poco activo en las observaciones anatomo-patológicas. Quedó el PRRSV que indudablemente desempeñó un papel importante pero que parecía muy activo en el destete y poco activo en las cerdas. Actinobacillus pleuropneumoniae fue indudablemente importante pero la anamnesis indicó que no era constante y la experiencia dice que a menudo puede controlarse con antibióticos o en casos extremos con vacunas. El PCV2 fue el "famoso desconocido": en aquella época se podía pensar que sólo era un virus capaz de provocar daños si se encontraba asociado a otros patógenos.

- Los puntos no negociables fueron dos:

- Homogeneizar la inmunidad de las cerdas respecto a Actinobacillus pleuropneumoniae: no apuntar a su erradicación.

- Mantener y reforzar el control del Mycoplasma hyopneumoniae con un antibiótico macrólido.

Reposición: era importante no desestabilizar la explotación por el PRRSV por ello se decidió introducir la vacunación sobre primerizas negativas y la vacunación de todos los reproductores. Sucesivamente la introducción de primerizas de 21 días de vida y su manejo en departamentos todo dentro- todo fuera para aclimatarlas de forma controlada respecto a los patógenos. No se adoptó nada en específico para la inmunización contra Actinobacillus pleuropneumoniae.

Dos años después del inicio de todo el proceso las observaciones anatomo-patológicas se caracterizan por el aislamiento de PCV2 en los tejidos linfáticos aunque la mortalidad ha vuelto a los valores normales para una explotación de este nivel sanitario. No se ha aislado más Actinobacillus pleuropneumoniae. Los cerdos de 70 días de vida siguen siendo PRRS positivos.

El mensaje que se puede extraer de esta experiencia es que los protocolos de erradicación de enfermedades, rigurosos y de difícil aplicación, se piensan teniendo en cuenta todos los aspectos de la epidemiología y patogenia de una enfermedad y cada parte de ellos es fundamental. Cuando entran en juego otros aspectos, se deben tener en cuenta para ver si son aplicables a nivel práctico.