Erradicación de la sarna: la solución definitiva
Juan Eladio Oliva Tristante. Dpto. Técnico de CEFU,S.A. España.
14-oct-2002 (hace 22 años 2 meses 10 días)INTRODUCCIÓN
La sarna en cerdos es una enfermedad parasitaria de la piel causada por uno o
dos parásitos: Sarcoptes scabiei, que produce la sarna Sarcoptica y/o Demodex
philloides que produce la Sarna Dermodéctica. Actualmente, Demodex philloides
no tiene importancia práctica alguna en la clínica habitual de las explotaciones
porcinas intensivas, mientras que Sarcoptes scabiei, var. suis es el ácaro
que provoca la enfermedad de la sarna en los cerdos de todo el mundo. No se trata
de una enfermedad nueva que afecta a pocos animales, sino que es una infestación
muy extendida en todo el mundo, y contra la que, hasta hace muy poco tiempo, lo
único que podíamos hacer era convivir con ella.
El control de las enfermedades de la producción ha adquirido una gran importancia
en la empresa porcina intensiva, donde existe una inversión de capital notable
y una presión continua para optimizar los rendimientos. La sarna porcina es una
enfermedad parasitaria susceptible a erradicación dentro de las explotaciones
intensivas. En la evaluación del binomio costo-beneficio es importante saber detectar
la presencia de la enfermedad en una granja y estimar su prevalencia y gravedad
relacionando estos hechos con los efectos finales de la enfermedad en la producción,
y actuando en consecuencia según modelos de control o erradicación dependiendo
del retorno económico esperado de cada actuación a nivel sanitario.
PREVALENCIA E IMPACTO ECONÓMICO
Los datos actuales de prevalencia de sarna sarcóptica en las explotaciones porcinas
de los principales países productores demuestran que el empresario y el técnico
veterinario parecen haber aceptado la presencia de la enfermedad en su granja,
a pesar de la existencia de técnicas de diagnóstico sensibles y específicas, así
como de fármacos eficaces para poder erradicar esta parasitosis sin necesidad
de despoblar las explotaciones, basándose únicamente en la aplicación de los tratamientos
de forma estratégica. Esta tolerancia viene determinada por la naturaleza encubierta
de las pérdidas atribuibles a la reducción en la ganancia de peso y en la eficacia
de la conversión sin presencia de mortalidad. Por tanto, está claro que es una
enfermedad que se subestima siempre, pero que tiene un impacto económico muy importante
en la explotación.
Además, la aplicación de estos programas de eliminación de la infestación sin
despoblación de la granja supone una mejora inmediata en los parámetros zootécnicos
y una rápida amortización del tratamiento. Al respecto de la amortización del
tratamiento, el control efectivo y rentable se alcanza cuando el retorno que se
obtiene de un programa de erradicación es igual o superior al coste que se produce
al aplicar dicho programa. En este caso, el coste del tratamiento de erradicación
se iguala en un año de tratamiento de control, por lo que en principio económicamente
es rentable iniciar un programa de erradicación.
En segundo lugar, el técnico veterinario no debe tener ninguna duda sobre la efectividad
del programa o sobre la capacidad de realizarlo. Además, el desarrollo de un programa
de erradicación supone un reto profesional para cualquier técnico dedicado a la
clínica porcina.