Programas de control de enfermedades en explotaciones porcinas

Carme Cia. Coordinadora Técnica Veterinaria. PIC España.

18-sep-2002 (hace 22 años 3 meses 6 días)
El estado sanitario de una explotación porcina es un factor determinante para su rendimiento económico, pues afecta directamente su viabilidad como negocio. Por ello, es fundamental considerar la estrategia sanitaria a nivel global antes incluso del inicio de entrada en funcionamiento de la explotación.

El objetivo de un programa sanitario es el de conseguir y preservar el mejor estado sanitario que nos permitan las circunstancias particulares de cada explotación.

Los principios básicos de un programa sanitario son en general los mismos para todo tipo de explotaciones. En el caso de organizaciones, la relevancia que la explotación tenga dentro de la estructura, ya sea por tamaño, lugar dentro de la pirámide de producción o explotaciones relacionadas, es determinante a la hora de plantear los niveles de exigencia en los distintos apartados.

Los puntos principales de un programa sanitario se podrían dividir en:

Iniciar las granjas con el estado sanitario más alto disponible: En este punto incluiríamos la evaluación de la localización, buscando el mayor grado de aislamiento de otras explotaciones, o fuentes de contaminación, etc. Aunque en explotaciones existentes, la localización ya nos viene dada, debe ser evaluada para considerar qué tipo de actuaciones serán las más adecuadas en ese entorno. El estado sanitario de entrada de los animales debe ser el más alto disponible, considerando las posibilidades del entorno, ya que por ejemplo no es recomendable iniciar una granja con animales libres de Neumonía, enfermedad de transmisión aerógena, en zonas de alta densidad donde no podríamos mantener este estado. Aun así hay muchas patologías que, incluso en zonas de alta densidad, pueden mantenerse fuera de la granja con una fuente de reemplazo negativa y unas correctas medidas de bioseguridad.

Proteger la explotación frente a la entrada de nuevos patógenos y evitar la diseminación de los ya existentes: Aquí se aplican los principios relacionados con la bioseguridad, como medidas de control del transporte, delimitación entre el interior y exterior de la explotación, evitando la entrada de vehículos, medidas de control para la entrada de personal, incluido el control estricto de visitas, seguimiento de la calidad higiénica del agua y del alimento, programas de lavado y desinfección así como control de vectores mediante programas de desratización y desinsectación, , etc.

Monitorización del estado sanitario de la explotación y de las barreras de bioseguridad: El conocimiento detallado del estado sanitario de nuestra explotación aporta información de suma utilidad en la toma de decisiones tales como: establecimiento de la fuente sanitaria más adecuada de animales de reemplazo, así como su programa de adaptación o el diseño adecuado del programa de vacunación, desparasitacion y/o aplicación de medicaciones preventivas. Una monitorización adecuada es fundamental para una rápida respuesta en caso de entrada de nuevas patologías.

Para conocer el estado sanitario de la explotación, las herramientas a usar son el histórico de la explotación, examen clínico rutinario de los animales, complementado con pruebas de laboratorio y exámenes en matadero. Respecto a los diagnósticos laboratoriales, además de requerir su interpretación por parte del veterinario, debemos considerar que deben realizarse en laboratorios reconocidos y con pruebas de fiabilidad contrastada.

También debe considerarse de manera regular la monitorización de los elementos que componen las barreras de Bioseguridad.

Para que un programa sanitario sea efectivo, debe plantear medidas globales que sean razonables, prácticas y aplicables. La formación del personal es un aspecto clave para su concienciación en la relevancia de la sanidad dentro de una explotación porcina.