El Circovirus porcino tipo 2 (PCV2) es conocido como la causa del llamado síndrome multisistémico de adelgazamiento post-destete (PMWS) o circovirosis porcina. No obstante, en 1999, un estudio canadiense demostró casos de infección natural por PCV2 en fetos abortados, sugiriéndose que este virus podría ser causa de enfermedad reproductiva porcina. En este caso se estudió una granja nueva de 450 cerdas en Canadá donde se observaron abortos en la fase final de gestación (a partir de los 90 días de gestación) y la presencia de animales nacidos muertos y momificados. Los problemas clínicos en esta granja duraron aproximadamente entre 4 y 6 meses, con unas pérdidas de hasta el 75% de los lechones de las camadas afectadas. La tasa de fertilidad en los primeros 4 meses de funcionamiento fue alrededor del 58% de las cerdas cubiertas. Se descartó laboratorialmente la infección concomitante por parvovirus porcino (PPV), virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRSV), virus de la encefalomiocarditis y enterovirus. Se examinaron 9 lechones de una misma camada. De éstos, había 2 fetos momificados, 2 macerados, 3 autolíticos o parcialmente autolíticos y 2 lechones nacidos muertos relativamente frescos. Solamente un feto parcialmente autolítico mostró lesiones macroscópicas consistentes en dilatación de los ventrículos cardíacos, hígado incrementado de tamaño y consistencia, e hidrotórax y ascitis. El resto de lechones y fetos no presentaron lesiones. Las lesiones microscópicas observadas en lechones abortados en el caso canadiense se restringieron al mismo animal que ya presentó lesiones macroscópicas. Éstas consistieron en áreas de degeneración o necrosis miocárdica, con edema, fibrosis y ligera infiltración linfohistiocitaria, congestión hepática y pérdida de hepatocitos, y congestión generalizada. No se observaron lesiones histológicas en el resto de animales examinados.
Desde ese momento no se volvieron a describir alteraciones reproductivas claras asociadas a la infección por PCV2. No obstante, nuevos casos de infección por este virus asociados a enfermedad reproductiva han sido recientemente descritos en Canadá y en Dinamarca.
En los dos últimos años, en el Servei de Diagnòstic de Patologia de la Facultat de Veterinària de Barcelona hemos estudiado la existencia de infección por PCV2 en casos de enfermedad reproductiva y la posible transmisión transplacentaria de este virus.
Concretamente, estudiamos la presencia de lesiones microscópicas y de ácido nucleico de PCV2 por hibridación in situ en tejidos de 78 fetos correspondientes a estados de gestación entre 70 y 114 días. Solamente en uno de los casos se detectó genoma vírico, en baja cantidad, en células de aspecto macrofágico en el pulmón y el bazo; ninguna de estas vísceras presentaba lesiones microscópicas de ningún tipo. Por otro lado, el resto de muestras estudiadas resultaron negativas a la infección por PCV2.
El estudio por PCR del suero de cerdas de distinto número de parto y durante la lactación (n=90), en cambio, ha mostrado la infección de este colectivo en algunos casos (8 de 90), independientemente del número de paridad. Es más, el seguimiento de sus camadas, ha permitido detectar cerditos virémicos (PCR positiva en sangre) a la semana de vida, sugiriendo que o bien estos lechones se han infectado en la primera semana de vida o bien han nacido infectados in utero. No obstante, tanto los lechones como sus respectivas madres no mostraron ningún tipo de sintomatología clínica durante la fase de viremia detectada en paridera.
Estos resultados muestran que en España, a pesar de: 1) ser un país enzoótico para la infección por PCV2, 2) la existencia de múltiples casos clínicos de circovirosis porcina en cerdos de transición y engorde, y 3) la evidencia de que este virus circula en el hato reproductivo, no se ha demostrado la existencia de enfermedad reproductiva asociada a la infección por PCV2. De todas maneras, el estudio de mayor número de casos de abortos (estudios patológicos y de detección de virus en múltiples tejidos) y estudios de infección transplacentaria en condiciones naturales o experimentales permitirá en un futuro determinar el efecto real de este virus sobre la problemática reproductiva.