Para una producción porcina satisfactoria al aire libre son importantes algunos factores como una superficie llana, tierra con un buen drenaje, clima templado, diseño de alojamientos y bebederos y genética de las cerdas (p.e. cruce Duroc-Landrace).
Es imposible mantener la bioseguridad de la granja, pero los cerdos al aire libre tienden a estar más sanos y las infecciones respiratorias endémicas pueden desaparecer. Sin embargo, son vulnerables a la contaminación por pájaros y mamíferos salvajes, particularmente por salmonela. Casi todas las cerdas al aire libre son portadoras de salmonela, pero sus lechones lactantes normalmente se mantienen libres de la infección.
La gente puede representar un riesgo si da comida humana a los cerdos. Esta se cree que pueda haber sido la causa del reciente brote de Peste Porcina Clásica en el Reino Unido. El jabalí es un peligro y los animales depredadores pueden robar lechones.
En granjas al aire libre, las enfermedades se suelen presentar de forma diferente. Enfermedades como la Peste Porcina, la Gastroenteritis Transmisible y la Disentería Porcina tienden a extenderse lentamente y suelen producir signos clínicos mucho más leves. Los cambios bruscos climáticos o de manejo pueden hacer que se produzcan brotes.
El examen y tratamiento de los lechones lactantes puede ser difícil y peligroso. Por ejemplo, la diarrea de los lechones se diagnostica mejor por su olor en la piel de la cerda cuando está comiendo. El tratamiento se puede llevar a cabo mientras las cerdas están aún alimentándose. La vacunación de adultos se puede realizar cuando están comiendo.
El rendimiento reproductivo en granjas al aire libre puede ser tan bueno como en las intensivas. Además, la producción en múltiples sitios es posible debido a que los lechones se destetan a unas cuatro semanas de edad, lejos de las reproductoras. Si a partir de ahí se crían en transiciones todo dentro-todo fuera y en instalaciones de cebo, pueden conseguir tasas de crecimiento excepcionales.