28 de septiembre de 2020/ AECOSAN/España.
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El Plan Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria es el documento en el que se describen los controles oficiales llevados a cabo a fin de garantizar el cumplimiento de la legislación a lo largo de toda la cadena alimentaria, desde la producción primaria hasta los puntos de venta al consumidor final, con el objetivo de garantizar la seguridad de los alimentos para los consumidores.
A modo de resumen hay que destacar de este informe que:
Algunas cifras extraidas del informe anual 2019
Se realizan cuatro tipos de actividades de control oficial:
1.- Inspecciones y auditorías
Con el objetivo de mejorar el cumplimiento de la normativa de higiene alimentaria y bienestar animal en los establecimientos alimentarios, los agentes de control oficial realizan inspecciones y auditorías a todos los establecimientos alimentarios para verificar que cumplen la normativa, general y específica, en el ámbito de la seguridad alimentaria.
El censo de establecimientos alimentarios en España a final de 2019 fue de 570 076 establecimientos, en los cuales se ha realizado a lo largo de 2019 un total de 561 091 inspecciones y auditorías. En el 78,6 % de las mismas no se detectaron incumplimientos de la normativa.
En particular, en 2019 se realizaron 8 956 incoaciones de expediente sancionador, se impusieron 7 716 sanciones, se realizaron 970 suspensiones cautelares de establecimientos, se iniciaron 30 alertas y se realizaron 2 189 retiradas de producto del mercado.
2.- Controles de productos para garantizar la correcta información al consumidor en seguridad alimentaria
Se realizan controles oficiales sobre productos alimenticios de origen nacional, europeo e importado, para comprobar la corrección y veracidad de la información general suministrada a los consumidores así como, en particular, la referida a los aditivos y otros ingredientes tecnológicos, la posible irradiación, los alérgenos y sustancias que provocan intolerancias, los Organismos Modificados Genéticamente (OMG) y la referida a los complementos alimenticios.
En 2019 se ha realizado un total de 144 143 controles sobre productos alimenticios para comprobar el cumplimiento de toda la normativa existente en materia de información al consumidor. En el 82,9 % de los controles se puso de manifiesto el respeto de la normativa alimentaria sin detectar incumplimientos de los programas de información al consumidor. No obstante, en caso contrario y como consecuencia de esos posibles hallazgos algunas de las medidas adoptadas fueron la ejecución de 26 suspensiones cautelares de establecimientos, el inicio de 30 alertas y 204 retiradas de producto del mercado.
3.- Toma de muestras y análisis
Con el objetivo de controlar específicamente los peligros biológicos y químicos se toman muestras y se analizan en los laboratorios españoles de control oficial, y de esta forma impedir que se comercialicen alimentos no seguros que puedan poner en riesgo la salud humana.
Los análisis se realizan para la detección de múltiples sustancias: agentes zoonóticos, residuos de plaguicidas y de medicamentos veterinarios, micotoxinas, contaminantes abióticos, anisakis, biotoxinas marinas y sustancias de migración desde los materiales en contacto con alimentos.
De forma global, el número de muestras y análisis realizados para el control de peligros químicos y biológicos realizados sobre productos alimenticios ha sido de 118 720. Destaca el alto porcentaje medio de cumplimiento de los estándares de seguridad legislados, llegando al 98,8 %. A pesar de ello, algunas de las medidas adoptadas como consecuencia de los incumplimientos fueron la ejecución de 29 suspensiones cautelares de establecimientos, el inicio de 24 alertas y 165 retiradas de producto del mercado.
4.- Campañas coordinadas a nivel nacional
Con el objetivo de obtener datos analíticos de la presencia de potenciales riesgos para la salud de los consumidores y poder proponer las medidas de gestión del riesgo más adecuadas, la AESAN, en coordinación con otros organismos, ha desarrollado campañas nacionales de control oficial dirigidas normalmente a la determinación de distintos riesgos emergentes. En 2019 se han desarrollado 10 campañas: acrilamida en cereales de desayuno, ocratoxina A en café verde, citratos, ascorbatos e histamina en productos de la pesca, detección y recuento de Listeria monocytogenes en maíz, pimientos, espinacas y brócoli congelados, y presencia de metales y Yodo en algas marinas, entre otras.