España: Castilla y León amplía la zona vulnerable por nitratos

18 de mayo de 2020/ Junta de Castilla y León/ España.
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19-may-2020 (hace 4 años 7 meses 7 días)

Tras un largo proceso el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha presentado en el Consejo Agrario de Castilla y León la tramitación de un Decreto sobre zonas vulnerables por nitratos que revisa el Decreto 40/2009, de 25 de junio.

Con esta nueva declaración se pasa de 67 municipios declarados como Zona Vulnerable a 387. Es una propuesta muy ambiciosa, que aumenta en más de 10.000 kilómetros cuadrados la superficie de la Comunidad declarada como zona vulnerable, pasando de 2.340,62 kilómetros cuadrados a 14.414,11 kilómetros cuadrados. Esto supone tener una figura de protección sobre el 15 % de la superficie de la Comunidad. Pero mucho más significativo es que esa figura de protección se extiende hasta el 20 % de la superficie agraria útil de Castilla y León.

Con el Decreto se aprobará el Código de Buenas Prácticas Agrarias (CBPA), cuyo objetivo es poner a disposición del sector agrario la información necesaria para que la actividad que se desarrolle no perjudique la capacidad edáfica de los suelos, mantenga la calidad de los mismos, mejore la productividad de los cultivos, adopte medidas preventivas frente a la contaminación nitrogenada de las aguas; en definitiva, para que se realice una racional actividad agrícola.

El CBPA no tiene carácter obligatorio, siendo prácticas agrarias que voluntariamente podrán llevarse a cabo. No obstante, los programas de actuación de las zonas declaradas como vulnerables a la contaminación por nitratos de fuentes agrícolas y ganaderas, y las medidas contenidas en ellos, serán de obligado cumplimiento. Estos programas se desarrollarán mediante Orden, posteriormente a la nueva declaración de zonas vulnerables, en cuyo proceso se contará con la participación de las organizaciones profesionales agrarias.

El presente CBPA incluido en el Proyecto de Decreto debe ser el marco de referencia para el desarrollo de una agricultura compatible con el medio ambiente, en consonancia con una utilización racional de los fertilizantes nitrogenados y, además, será la base para el desarrollo de los programas de actuación mucho más concretos y específicos para cada una de las zonas vulnerables designadas.

La implicación para los agricultores afectados es básicamente que deberán desarrollar planes de fertilización que tenga en cuenta todos los aportes de nitrógeno que tiene el cultivo, como por ejemplo, los nitratos en las aguas de riego, restos de las cosechas anteriores o de anteriores aportes, etc, todo ello con la finalidad de evitar aportar excesos de nitrógeno en los cultivos, que son los que provocan esta contaminación.