LL Hoving, NM Soede, H Feitsma, B Kemp. 2012. Embryo survival, progesterone profiles and metabolic responses to an increased feeding level during second gestation in sows. Theriogenology, 77: 1557–1569. doi:10.1016/j.theriogenology.2011.11.024
14-feb-2013 (hace 11 años 10 meses 8 días)El presente estudio describe la respuesta reproductiva y metabólica de cerdas alimentadas con dos niveles de alimentación entre los días 3 y 35 post cubrición (PC) de la segunda gestación. Tras la inseminación, 37 cerdas fueron asignadas a uno de los dos tratamientos experimentales: 1) Control: 2,5 kg/día de una dieta de gestación; 2) Alimentación Extra: 3,25 kg/día de dieta de gestación (+30%). Se registraron el peso de las cerdas, el espesor de la grasa dorsal y la profundidad del lomo en el momento del parto, en el destete, al empezar el tratamiento, en el día 14 tras iniciar el tratamiento y al finalizar la prueba experimental. Se recogieron muestras de sangre para analizar progesterona, hormona luteinizante (LH), glucosa e insulina, factor de crecimiento 1 de la insulina (IGF-1), ácidos grasos no esterificados (NEFA) y urea. El día 35 PC se sacrificaron las cerdas y se recogió el tracto reproductor para evaluar las características del ovario, de los embriones y de la placenta.
Las cerdas sobrealimentadas ganaron 5,4 kg más de peso y presentaron 0,9 mm más de espesor de grasa y tendieron a pesar más en el momento del sacrificio en comparación con las cerdas control (193 vs. 182 kg, P = 0,06). No hubo diferencias en la ganancia de músculo en el lomo. El tratamiento experimental tampoco afectó a la supervivencia embrionaria, la cual fue 72,1 ± 3,9% en el grupo Control y 73,4 ± 3,2% en las cerdas que recibieron alimentación extra, resultando en, respectivamente, 15,9 ± 0,9 y 15,7 ± 0,7 embriones vivos. No se encontraron variaciones debidas al tratamiento dietético en las características de los ovarios, embriones ni en las placentas. Los perfiles de progesterona durante el primer mes de gestación, y las características de LH en el día 14 PC no fueron distintos entre tratamientos. La concentración de progesterona fue menor (P < 0,05) a las 3 h tras la ingestión en comparación con el nivel evaluado antes del consumo entre los días 7-11 después del primer incremento de progesterona en el grupo alimentación extra y entre los días 8-10 tras el primer pico de progesterona en las cerdas Control. En el día 15, las concentraciones de glucosa pre-prandial e insulina no fueron distintos entre tratamientos, la insulina alcanzó su pico máximo más tarde (48 vs. 24 min) y en mayor concentración en las cerdas sobre-alimentadas que en las cerdas Control. Además, el área bajo la curva (AUC) de la glucosa tendió a ser menor (-171,7 ± 448,8 vs. 1257,1 ± 578,9 mg/6,2 h, P = 0,06, respectivamente) en las cerdas que recibieron Alimentación Extra respecto las que recibieron la dieta control. La concentración de IGF-1 no fue distinta entre tratamientos, pero la concentración de NEFA fue menor en las cerdas sobre-alimentadas respecto las cerdas control (149,5 ± 9,2 vs. 182,4 ± 11,9 µm/L, respectivamente, P = 0,04) y la concentración de urea tendió a ser mayor en las cerdas con alimentación extra que en las cerdas Control (4,3 ± 0,1 vs. 3,9 ± 0,1, respectivamente, P = 0,13). Ninguno de los parámetros metabólicos se relacionó con las medidas reproductivas.
En conclusión, la alimentación con una adición de alimento extra del 30% desde el día 3 hasta el día 35 de la segunda gestación incrementó la ganancia de peso y resultó en una concentración menor de NEFA, pero no afectó a la progesterona, LH o IGF-1 ni a las características del embrión ni de la placenta.