El manejo de la alimentación en lactancia determina en gran medida el éxito del siguiente ciclo (II). Factores relativos a la ingesta total y sus patrones asociados

Carlos PiñeiroDiogo Brito GonçalvesEduardo LopezMaría Aparicio
29-nov-2024 (hace 2 días)

Comenzábamos el artículo anterior señalando el excepcional rendimiento que las cerdas modernas pueden ofrecer en lactancia cuando se atienden sus necesidades y el estado sanitario es bueno. Según datos del INRA en 2017, el crecimiento de las camadas oscila entre 2,5 y 3,0 kg al día, dato que algunos comentarios personales recibidos recientemente de productores argentinos elevan hasta 3,5 kg al día. El esfuerzo metabólico para la cerda lactante es extraordinario, ya que supone generar ¡3 veces! el crecimiento diario de un cerdo de ceba. Todo ello lleva a producir camadas cuyo peso supera los 100 kg al destete, en función de la edad al mismo, y que suponen la generación de un tercio del peso corporal de la cerda en aproximadamente 25 días.

Ese esfuerzo no es gratuito y está sujeto a variables de gran impacto que pueden disminuir considerablemente este potencial ya demostrado en granjas comerciales. Además, este esfuerzo afecta al rendimiento de la cerda, no solo en el propio ciclo sino también en el resto de su vida productiva, que puede verse sensiblemente acortada.

Dejando aparte la sanidad, cuyo extraordinario peso en los rendimientos es bien conocido y no es objeto de este artículo, vamos a revisar, según datos actuales, el impacto cuantitativo de algunos de los factores más relevantes para las cerdas en esta fase. Hay dos trabajos con un autor común (Koketsu, Y.) que han estudiado el impacto de la ingesta total y los patrones asociados (Koketsu, 1996, Rodríguez, 2023) y resulta curioso que, aunque separados por 27 años, llegan a conclusiones muy similares con algunas diferencias ‘evolutivas’ de gran valor sobre la evolución del comportamiento de las cerdas en este periodo.

Así, ambos estudios se centran en los patrones de consumo de alimento de las cerdas en lactancia, y utilizan técnicas de aprendizaje automático para clasificar los patrones de consumo de alimento, encontrando que están relacionados con el rendimiento reproductivo. Uno de los puntos más interesante y donde ambos estudios coinciden de manera muy precisa es que solo el 55 % de las cerdas siguen un patrón teórico óptimo esperado (el que suelen sugerir las empresas de genética), como muestra la figura 1 (eje de las ‘y’ muestra los kg medios ingeridos por día; el eje de las ‘x’ muestra el día de preparto – lactancia).

Figura 1. Patrón teórico óptimo de ingesta de la cerda en lactación y resultados en la práctica

Es decir, casi la mitad de las cerdas necesitan atención específica durante la lactancia ya que tienden a desviarse de la ingesta ideal, particularmente las cerdas jóvenes. Hasta ahora, detectar estas desviaciones resultaba imposible en la práctica, ya que el alimento simplemente se administraba a las cerdas (generalmente 2-3 veces al día y sin recoger de manera regular el sobrante). Los autores describen además los otros 5 patrones de consumo asociados a diferentes grados de riesgo sobre los rendimientos productivos de la cerda y de los lechones (figura 2).
Algunos patrones alterados de ingesta de la cerda en lactancia se pueden ver de forma práctica a continuación:

Figura 2. Patrón teórico alterado asociado a mamitis postparto y resultados en la práctica

Figura 3. Patrón teórico alterado asociado a una reacción la vacunación y resultados en la práctica

¿Y cuáles son los factores de influencia que se asocian al consumo de alimento de las cerdas en lactancia? Según un modelo de regresión múltiple utilizado en nuestra base de datos serían:

Además de esto, el segundo estudio, que utiliza un algoritmo de agrupamiento PAM (partition around medoids), evalúa el impacto de la caída de ingesta de las cerdas en lactancia y señala que la baja ingesta durante toda o parte de la lactancia y en particular en la primera semana, se asocia frecuentemente con una menor tasa de partos en el ciclo siguiente, mayor mortalidad predestete y un intervalo destete-cubrición más largo. Este hecho es coherente con la descripción de algunos autores de que la alimentación por debajo de los niveles necesarios puede afectar al crecimiento y maduración de los folículos, en particular en la fase preovulatoria y de diferenciación (Koketsu, 1996).

Algunos sistemas de alimentación en partos ofrecen la posibilidad del control de la ingesta en tiempo real pudiendo reaccionar de manera ágil y efectiva a estas desviaciones (figura 3).

Figura 3. Ingesta diaria y su distribución.

Kg recibidos % distribución 1 2 3 4 5 6 Media diaria
5,9 98,6
6,7 99,0
6,7 99,2
3,5 99,6
5,1 99,8
7,5 100
4,5 100
3,9 100,3
6 100,3
2,6 100,6
2,3 101
4,6 101,2
7,1 101,6

Los colores azules indican el porcentaje ingerido respecto del esperado en cada una de las 6 ventanas de alimentación del día. La columna de la derecha indica la media del día.

> 100 % 100-75 % 75-50 % 50-25 % 25-0 %

Los sistemas modernos ofrecen información de calidad en la propia sala de partos, alertando de desviaciones en tiempo real. La imagen 1 muestra una pantalla de ejemplo con la plaza 1302 ocupada por la cerda 663, con una curva de multípara en invierno con 28 d de lactancia que, en la segunda comida del día a las 9 h 53 min, ya ha comido 4,064 Kg lo que supone un 119,95 % de la ingesta esperada hasta ese momento.

Imagen 1. Pantalla de un sistema moderno de control en lactación ofreciendo información de gran calidad al trabajador de la sala de partos.

En general, el artículo destaca la importancia de identificar y gestionar los factores de riesgo que afectan el consumo de alimento durante la lactación y de reaccionar rápidamente ante cualquier desviación de este, para mejorar el rendimiento reproductivo de las cerdas tanto en ese ciclo como en los siguientes.