La enfermedad causada por el virus del PRRS (PRRSV) es una de las más importantes a nivel mundial en la producción porcina. Durante los últimos 40 años, los debates en torno al PRRSV han sido muy intensos y las implicaciones clínicas de esta enfermedad continúan creciendo. Se ha reportado que el costo del PRRSV en Europa varía entre EUR 75,72 y 650,09 por cerda, incluyendo todos los costos en las distintas fases de producción. En el Congreso IPVS 2024 se proporcionó una actualización estimando que el coste anual del PRRSV en EE.UU ha aumentado de USD 664 a 1,200 millones para la industria porcina estadounidense. No obstante, el PRRSV sigue evolucionando genéticamente generando cepas más agresivas como la L1C.5 en EE. UU. o la Rosalía en Europa. En EE.UU. valorando datos de 21 años podemos ver una tendencia en los tipos de muestras para la monitorización del PRRSV. Las muestras poblacionales agregadas como los fluidos orales y fluidos de procesado (FP), usadas para clasificar las granjas según su estado frente al PRRSV, se han convertido en las muestras más utilizadas para analizar PRRSV por RT-PCR en los últimos años (Figura 1). Este cambio permite el muestreo de más animales y mejora la detección del PRRSV, incluso a baja prevalencia.
Los productores siguen luchando contra el PRRSV y un estudio reciente muestra que las prácticas aplicadas en las granjas para controlar o eliminar el PRRSV son inconsistentes.
La implementación de los sistemas de manejo en bandas cambia la producción de las granjas, pasando de ser semanal a intervalos determinados por el modelo de bandas adoptado. Por lo general, la producción se mueve de flujos de producción semanal a intervalos regulares de dos, tres, cuatro, cinco o siete semanas. Algunas de las ventajas de este sistema residen en la concentración de las tareas en una semana, lo que facilita la aplicación del manejo «todo dentro/todo fuera» para la totalidad de las salas de partos y una mejor organización del flujo de producción, por ejemplo, el llenado rápido del precebo y de la logística. La cuestión que queda pendiente es:
¿Pasar del manejo en bandas semanales a bandas de 3, 5 o 7 semanas proporciona una ventaja competitiva cuando se trata del control y eliminación del PRRS?
La comparación de un estudio realizado en granjas que trabajan con lotes semanales con otro realizado en granjas con un sistema de manejo en bandas de cuatro semanas (n = 27) arroja algo de luz sobre las ventajas del manejo en bandas. En ambos estudios, las granjas adoptaron un programa llenado-cerrado-exposición (L-C-E) en respuesta a los brotes de PRRS.
El L-C-E se basa en:
En ambos estudios se utilizó una vacuna viva modificada disponible en el mercado para la exposición de todas las granjas.
Al comparar ambos estudios, se pudo identificar que:
Tiempo hasta la estabilidad (TTS): el tiempo medio en las granjas con bandas a cuatro semanas fue de 27 semanas frente a 32 semanas para las granjas con bandas semanales ⇒ un TTS cinco semanas más corto. Un estudio más reciente informó de un TTS medio de 38 semanas, lo que haría aún más drástica la comparación.
Reintroducción de primerizas: Las granjas con bandas a cuatro semanas pudieron reintroducir la reposición en un tiempo medio de 33 semanas, mientras que las granjas con bandas semanales la introdujeron en un tiempo medio de 45 semanas. La diferencia entre ambas estrategias fue una ventaja de 12 semanas para la entrada de la reposición en las granjas con bandas a cuatro semanas (figura 2).
Los análisis preliminares del Programa de Manejo de Brotes de PRRS (POMP, por sus siglas en inglés), que utilizan datos más recientes, han mostrado resultados equivalentes. POMP es una base de datos epidemiológica para el seguimiento de brotes de PRRS en las granjas. El objetivo del programa es evaluar diferentes prácticas de control y eliminación durante los brotes de PRRS y cómo estas prácticas impactan tres métricas diferentes de recuperación tras los brotes. Las métricas son:
Así, el análisis preliminar del POMP ha demostrado una mejora estadísticamente significativa para alcanzar el TTS de 25 semanas para las granjas con manejo en bandas en comparación con las de partos semanales (figura 3). Además, el manejo en bandas también estuvo asociado con una reducción del 32 % de las pérdidas totales en comparación con las granjas donde los partos se producen de forma continuada.
Es probable que el manejo en bandas ayude a romper el ciclo de transmisión de patógenos al evitar la infección de las poblaciones más jóvenes (bandas más recientes) a partir de poblaciones más viejas (bandas más antiguas, cercanas a la edad de destete). La lógica y el sentido común nos permiten especular que el manejo en bandas también reducirá la transmisión de otros agentes infecciosos, como los coronavirus entéricos porcinos, el virus de la influenza A, E. coli, por citar algunos. En conclusión, los resultados de estos estudios epidemiológicos respaldan la hipótesis de que la implantación del manejo en bandas, que es esencialmente «todo dentro/todo fuera» en la maternidad, dificulta que los patógenos mantengan la transmisión a largo plazo en la granja.