2 de octubre 2024/Comisión Europea/ Unión Europea.
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La Comisión Europea ha propuesto extender el período de adaptación para la implementación de la Regulación de Deforestación de la UE (EUDR) en 12 meses adicionales, respondiendo a las preocupaciones expresadas por socios internacionales y partes interesadas. Esta ley, diseñada para combatir la deforestación mundial, busca asegurar que ciertos productos clave que se comercializan en la UE no contribuyan a la deforestación ni a la degradación de los bosques.
La implementación originalmente estaba prevista para finales de 2024, pero debido al nivel desigual de preparación entre los operadores y las naciones socias, la Comisión propone retrasar su aplicación hasta el 30 de diciembre de 2025 para las grandes empresas y hasta el 30 de junio de 2026 para las micro y pequeñas empresas. Estos plazos permitirían a los actores afectados ajustar sus operaciones y cumplir con las exigencias del reglamento de manera más eficiente.
La Comisión también ha presentado nuevos documentos de orientación y marcos de cooperación internacional para garantizar una implementación efectiva. Estos documentos proporcionan detalles sobre las obligaciones de trazabilidad, los sistemas de información, las sanciones por incumplimiento, y aclaran definiciones clave como "degradación forestal" y "colocación en el mercado". Se han añadido escenarios prácticos para facilitar la comprensión y aplicación del reglamento, y también se ha actualizado la información pública en línea para mejorar su accesibilidad.
Uno de los elementos clave es la creación de un sistema de información digital donde las empresas podrán registrar sus declaraciones de diligencia debida, y que estará operativo a partir de diciembre. Además, la Comisión ha lanzado un sistema de evaluación de riesgo para clasificar a los países según su nivel de riesgo de deforestación (bajo, estándar o alto), lo que permitirá un monitoreo más eficiente y la priorización de esfuerzos en regiones con mayores desafíos de deforestación.
Este retraso no compromete los objetivos de la ley, sino que garantiza una transición más suave, especialmente para aquellos actores con menos capacidad de adaptación. La Comisión enfatiza la necesidad de cooperación internacional, destacando un enfoque centrado en los derechos humanos, el apoyo a los pequeños agricultores, y el diálogo continuo con los países más afectados.
Con esta propuesta, la Comisión espera asegurar la correcta implementación de una ley que es clave para combatir la deforestación, uno de los principales motores del cambio climático y la pérdida de biodiversidad a nivel global.