La difícil coyuntura que atraviesa el sector porcino en Argentina

Jorge Brunori
06-oct-2023 (hace 1 años 1 meses 15 días)

A este complejo y difícil escenario se le suma la terrible sequia ocurrida en la campaña 2022/2023 que produjo una disminución del 27 % en la producción respecto a la campaña anterior constituyéndose en la menor de los últimos 20 años (Bolsa de Cereales de Buenos Aires). Los ingresos por exportaciones del agro se redujeron en aproximadamente USD 20 000 millones.

A este contexto se le suma la incertidumbre electoral en donde faltan propuestas claras para salir de esta crítica situación.

El sector porcino y el contexto

La producción porcina de argentina transita un año con muchas dificultades, el sector tiene en la actualidad como único objetivo el mercado interno, como se puede observar en el gráfico 1, en los últimos 12 años en promedio el 96 % de lo que se produce se consume localmente.

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Lejos quedaron las 41 000 toneladas que se exportaron en el año 2020, el gráfico 2 muestra la abrupta caída en los dos últimos años. Esto tiene su explicación en la baja competitividad precio del kilogramo de cerdo expresado en dólares en Argentina.

Gráfico 2. Evolución de las toneladas exportadas del 2012 al 2022. SAGPYA 2023. 

El consumo interno el único motor que impulsa el sector

Casi sin mercado exportador el consumo interno que impulsa el negocio de la carne porcina en Argentina, pero se observa una estabilización en el consumo expresado en kilogramos habitante año.

Según el último boletín de la Secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación hasta el mes de julio se observa una disminución del consumo promedio móvil de – 0,4 %, llegando a los 16,66 kg/hab/año. Si comparamos la evolución entre meses podemos observar que en enero el promedio móvil era de 16,97 kg/hab/año y en el mes de junio de 16,66 kg lo que marca una disminución del 1,8 % (gráfico 3).

Gráfico 3. Evolución del consumo de carne de cerdo (promedio móvil) periodo enero 2022 a julio 2023. SAGPYA. 

Esto no deja de ser una advertencia pues como se menciona el consumo interno parece haberse estabilizado. Evidenciándose en la tabla 1, donde se compara el consumo en el periodo comprendido entre enero 2022 a julio 2023, de las tres carnes más consumidas en Argentina.

Tabla 1. Consumos carne bovina, aviar y porcina kilogramo habitante año (kg/hab/año) periodo enero a julio 2023. SAGPYA.

Especie Enero (kg/hab/año) Junio (kg/hab/ año) Diferencia (%)
Bovino 49,6 51,7 4,3
Ave 45,5 45,9 0,2
Porcino 16,9 16,6 - 1,8

El impacto de la actual coyuntura en la estructura socio productiva

El 2023 ha sido un año de suma complejidad para el sector. Para entender y poder sostenerse como productores es necesario comprender la situación: costos que se elevan por devaluaciones, falta de granos, acciones políticas (dólar soja, maíz) y un precio del cerdo que limita las subas para no perder competitividad en la góndola, ante un consumidor cuyo poder adquisitivo en los últimos años no ha parado de caer.

El sector porcino nacional muestra como fortaleza una estructura socio productiva con la conjunción de pequeños y medianos productores con grandes empresas, pero a la hora de enfrentar estos periodos críticos muchos de los más pequeños van quedando en el camino, tal como se puede observar en el Anuario 2022 de la SAGPYA (Secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca) que menciona una pérdida del 3,5 % de las unidades productivas en comparación con el año 2021.

De continuar esta tendencia se estaría asistiendo al comienzo de la concentración de la producción de cerdos de Argentina en grandes empresas y a la desaparición de los pequeños y medianos productores. Este es uno de los grandes desafíos que se debe enfrentar en los próximos años, es necesario debatir y generar herramientas de asociativismo e integración que permitan al productor de menor escala seguir siendo parte del sector generando empleo y desarrollo de los territorios. El arraigo rural tan necesario en este país será utópico si no se puede revertir esta situación.

Consideraciones finales

Argentina está atravesando unas de sus ya reiteradas crisis económicas, quizás con algunos condimentos internacionales (pandemia, guerra) y locales (sequia) inéditos, en un año electoral esta situación genera una sensación de mucha incertidumbre y angustia en la población.

El sector porcino que tuvo un crecimiento exponencial en las últimas dos décadas mostró saber adaptarse a estas coyunturas, recordando que a fines de los años noventa la producción era menor a 200 000 toneladas y en el año 2022 llego a más de 700 000 toneladas, también la eficiencia expresada en animales vendidos cerda año ha crecido dado que en el año 2017 alcanzaba 17 capones vendidos y en el 2022 esta cifra fue de 22.

Esto lleva a reiterar lo expresado en artículos anteriores, debe replantearse la producción porcina de los próximos años cambiando la forma de ver este negocio, buscando la sostenibilidad económica, social, territorial y por ende productiva desde el costo de producción. Generando una visión de cambio de la matriz productiva agropecuaria, posicionando a la cadena porcina como una herramienta estratégica para el cambio que Argentina tanto necesita.