Un contenido limitado o excesivo de proteína en el pienso durante la gestación afecta al crecimiento y a las características de composición de las cerdas nulíparas, así como al crecimiento fetal de su descendencia

C Rehfeldt, IS Lang, S Görs, U Hennig, C Kalbe, B Stabenow, KP Brüssow, R Pfuhl, O Bellmann, G Nürnberg, W Otten and CC Metges, 2011. Journal of Animal Science, 89:329-341. http://dx.doi.org/10.2527/jas.2010-2970

12-may-2011 (hace 13 años 6 meses 13 días)

El objetivo de este estudio fue investigar si una ingestión de proteína menor o superior a las recomendaciones durante la gestación podría afectar al crecimiento de las cerdas jóvenes y a su composición corporal, así como a los resultados de la gestación y a la composición del calostro. Para ello, se alimentaron cerdas Landrace alemanas con raciones de gestación (13,7 MJ de EM/kg) con un contenido bajo (n = 18; LP, 6,5% PB), adecuado (n = 20; AP, 12,1% PB) o alto (n = 16; HP, 30% PB) en proteína, correspondiendo a un cociente proteína:carbohidratos de 1:10,4, 1:5 y 1:1,3 respectivamente, desde la cubrición hasta el parto. Las cerdas se inseminaron con semen de verracos Landrace aleman puros y se les indujo el parto a los 114 días después de la cubrición (ddc; Exp. 1).

La ingestión de energía y proteína durante la gestación fue de 33,3, 34,4 y 35,8 MJ de EM/d (P < 0,001) y 160, 328 y 768 g/d en las cerdas LP, AP y HP (P < 0,001), respectivamente. Desde la inseminación hasta los 109 ddc, la ganancia de peso vivo fue menor para el grupo LP (42,1 kg), intermedia para el HP (63,1 kg) y mayor para las cerdas AP (68,3 kg), mientras que el aumento del espesor de grasa dorsal fue menor para las cerdas alimentadas con la ración HP, en comparación con las raciones LP y AP (3,8, 5,1, 5,0 mm; P = 0,01). El tamaño de la camada, el % de lechones nacidos muertos y el % de lechones momificados no se vieron afectados (P > 0,28) por la ración de gestación. El peso total de la camada tendió a ser inferior para las cerdas LP y HP (14,67, 13,77 vs. 15,96 kg; P = 0,07), y el porcentaje de lechones machos fue superior para las camadas de las cerdas HP (59,4%; P < 0,01). Los lechones procedentes de las cerdas LP y HP, tuvieron un peso individual al nacimiento inferior (1,20, 1,21 vs. 1,40 kg; P = 0,001) y el cociente peso al nacimiento/longitud cráneocaudal también fue inferior (45,3, 46,4 vs. 50,7 g/cm; P = 0.003). Las concentraciones de grasa (7,8, 7,4 vs. 8,1%) y lactosa (2,2, 2,1 vs. 2,6%) del calostro tendieron a ser más reducidas para las cerdas LP y HP (P = 0,10). En el Exp. 2, se trataron 28 cerdas jóvenes (LP, n =10; AP, n = 9; HP, n = 9) como en el Exp. 1, pero se sacrificaron a los 64 ddc. Al día 64, las cerdas LP fueron un 7% más ligeras que las cerdas AP (P = 0,03), mientras que las cerdas HP fueron similares a las cerdas AP. La composición corporal se vio notablemente alterada en respuesta a la alimentación LP y HP, resultando en un menor contenido en carne magra (P < 0,01) y mayor contenido graso (P = 0,02 a 0,04) para el grupo LP y un menor contenido graso (P = 0,02 a 0,04) para las cerdas HP. El número y el peso fetal de la camada, así como la supervivencia de los embriones a los 64 ddc no se vieron afectados por los distintos tratamientos.

Estos resultados indican que las raciones de gestación que contienen un 50 o un 250% de las recomendaciones en proteína y un cociente proteína:carbohidratos muy distinto llevan a cambios marcados en el metabolismo proteico y lipídico de las cerdas jóvenes, dando lugar a un retraso en el crecimiento fetal del 15%, que se produce principalmente durante la segunda mitad de la gestación.