El uso de los bebederos por cerdos de engorde depende de factores como la ubicación del bebedero, la densidad del corral y la caudofagia

El agua es un nutriente vital para los mamíferos, incluido el cerdo. A pesar de ello, aún no se ha cuantificado explícitamente el uso de los bebederos y del agua durante el periodo de engorde. El objetivo del presente estudio fue conocer mejor el uso de los bebederos por parte de los cerdos de engorde y su relación con la ubicación del bebedero, la edad, el momento del día, la densidad del corral, el material de enriquecimiento y la caudofagia. El experimento incluyó 110 corrales de cerdos de engorde durante un periodo de 9 semanas, con dos bebederos por corral. Los corrales tuvieron una densidad de 0,73 m²/cerdo (n = 54 corrales, 18 cerdos por corral) o 1,21 m²/cerdo (n = 56 corrales, 11 cerdos por corral), estuvieron provistos de paja (n = 54, 150 g por cerdo al día) o no (n = 56), y alojaron cerdos con colas intactas (n = 50) o cortadas (n = 60). El uso de los bebederos se registró automáticamente mediante caudalímetros y se sumó el consumo de agua (L) y el número de activaciones por hora y cerdo. Se utilizaron corrales que no tuvieron casos de caudofagia (al menos un cerdo en el corral con sangre en la cola) para investigar el uso normal de los bebederos por parte de los cerdos (n = 56).

El consumo de agua de los cerdos aumentó de 3,7 a 8,2 L por cerdo y día durante las 9 semanas y este incremento se observó principalmente durante los dos grandes picos del patrón diurno dentro del periodo de actividad de los cerdos (06:00–18:00 h). No se observó tal incremento en la frecuencia de activación, con un promedio de 50 activaciones por cerdo y día. La reducción de la densidad del corral aumentó tanto el consumo de agua como la frecuencia de activación durante el periodo de actividad, lo que sugiere que los cerdos con espacio disponible y proporción cerdo/bebedero estándar podrían tener restringido su acceso a los bebederos. Los cerdos también parecían preferir usar los bebederos más cercanos a los comederos. El consumo de agua y la frecuencia de activación no cambiaron los 3 días previos a un caso de caudofagia, pero se observaron diferencias generales entre corrales con y sin casos de caudofagia.

Estos resultados pueden explicar el éxito de estudios previos a la hora de clasificar entre corrales con y sin caudofagia mediante datos de sensores sobre el uso de los bebederos.