El primer fundamento del control sanitario es una bioseguridad adecuada.
Se definen en las granjas las zonas sanitarias: creación de zonas en la granja con diferentes niveles sanitarios perfectamente delimitadas por barreras físicas entre ellas, de alto a bajo: Zona de Acceso Restringido (ZAR), Zona de Acceso Controlado (ZAC) y zona SUCIA, respectivamente.
Transporte animal: Solo camiones limpios pueden entrar en contacto con la ZAC y transportar animales, y se deben aplicar protocolos específicos para el camión y el conductor del camión. Introduciendo únicamente animales con el mismo estatus sanitario.
Visitantes: El principal riesgo radica en los objetos que las personas llevan consigo, por ello la separación de áreas limpias y sucias con ducha y cambio de ropa será necesario. Además, dependiendo del riesgo de los visitantes, se determinará el tiempo de cuarentena apropiado para ellos.
Materiales orgánicos e inorgánicos: Cualquier material que ingrese a ZAC y ZAR debe desinfectarse adecuadamente.
Semen: Se debe verificar el estado de salud del centro de IA y controlar la entrada de semen en la granja. González explica que: “Desde Hypor únicamente trabajamos con centros de IA que realicen todas las medidas de control necesarias, como se explica más abajo”.
Transporte de alimento: Preferiblemente un camión dedicado a la empresa y debe realizar la entrega en el primer transporte del día. El conductor y el camión necesitan al menos una noche de descanso sin contacto con cerdos o personas estrechamente relacionadas con el sector.
El control sanitario de Hypor permite garantizar los animales como libres de:
El cribado realizado es uniforme independientemente del país, lo que permite a Hypor comparar el estado de salud de sus núcleos internamente. Esto permite hacer entregas combinadas de animales de diferentes unidades a una misma granja o destino.
La bioseguridad de un CIA se enfrenta a varios controles en puntos críticos:
Controles de precuarentena: Los machos jóvenes candidatos a ingresar en la cuarentena de un CIA son controlados en la granja núcleo genético, 30 días antes del ingreso en la cuarentena. Dichos controles incluyen:
Lógicamente, el objetivo de estos controles es prevenir el ingreso de machos ya sea presentando enfermedades o serológicamente positivos.
La cuarentena funciona como un sistema ‘todo dentro-todo fuera’ durante el periodo de aislamiento que dura entre 30-45 días. En ella se controla:
Cuando los controles realizados en cuarentena han sido negativos, los machos pueden ingresar en el CIA para comenzar con la producción de semen. Durante toda su vida productiva los machos serán sometidos a un control cuya periodicidad depende de la enfermedad a controlar.
A los efectos de monitorear el perfil serológico del CIA, se realiza un control serológico cada 15 días sobre 1/6 de los animales presentes en el mismo. Utilizando un protocolo de rotación de machos, cada animal del CIA es entonces controlado cada 3 meses. De manera complementaria se realiza un control de PRRS a cada eyaculado producido por cada animal. Toda reacción positiva o dudosa debe desencadenar una alerta en el CIA con dos acciones inmediatas: (1) aislamiento de los machos positivos y control de confirmación, y (2) detener la comercialización de todo el semen del centro.
En los anteriores apartados únicamente se han detallado los controles a realizar en puntos críticos del CIA. Precauciones adicionales y reglas de higiene complementan el control del riesgo sanitario en un CIA.
González también quiere destacar que todos los machos para el programa genético están en centros exclusivos para estos animales, sin estar mezclados con animales de otras procedencias.
Estrictos protocolos se llevan a cabo en el transporte de los animales con el objetivo de garantizar el control sanitario de los mismos, cumpliendo en todo momento con los requisitos gubernamentales locales. Particularmente se solicita a los transportistas que vengan en primera visita y con días de ‘vaciado’ antes de acudir a recoger los animales. Normalmente la recogida se realiza los martes, garantizando de esa manera un ‘vaciado’ de 72 horas, aunque este puede variar siendo siempre superior a 48 horas. De manera complementaria, y para extremar las precauciones, se comprueba que las superficies supuestamente desinfectadas del transporte no presentan contaminación alguna a través de un kit para tal fin.