Reproductoras Hypor: puntos claves de manejo

Carlos Martins
25-abr-2023 (hace 1 años 8 meses 1 días)

Carlos Martins nos explica que aparte de los manuales donde se detalla de manera más extensa el manejo adecuado a sus animales, también han lanzado una aplicación descargable en cualquier móvil donde los clientes pueden acceder a todos esos manuales, además de tener acceso directo a todo el equipo técnico.

Preparación, recela y cubrición

Para que la cerda pueda alcanzar un desempeño óptimo a lo largo de su vida, con una tasa de retención de 75% al tercer destete, es fundamental un buen inicio. Por lo tanto, hay que enfocarse en un desarrollo óptimo de la nulípara en su preparación para la primera cubrición. Como tal, se puede empezar con la estimulación con el verraco a los 180 días de vida, pues el objetivo es que la primera inseminación ocurra a partir de los 250 días, con un mínimo de 150 kg de peso (lo que significa una ganancia media diaria de 600-700 g/día) y con no menos de 15 mm de grasa dorsal.

Una buena adaptación a las jaulas de cubrición, durante un periodo mínimo de 3 semanas es fundamental para que la joven reproductora pueda manifestar su potencial, tanto en fertilidad como en tamaño de camada. En los (5-7) días que anteceden la cubrición es importante ofrecer a las hembras (nulíparas y multíparas) todo un “paquete completo” de estimulación:

Como el celo tiene una duración variable para cada hembra en la granja, el momento de la ovulación también será variable. Así, es necesario ajustar el momento óptimo de las inseminaciones para cada tipo de cerda en la granja. Como tal, desarrollamos un sistema de medición de la duración del celo que permite ajustar el momento óptimo de inseminación y ser más eficientes en la granja.

Alimentación en gestación

En gestación, se recomienda una típica curva en “U”, pero prestando especial atención a la recuperación de condición corporal de las hembras en el primer tercio de gestación, individualizando su alimentación de acuerdo con la grasa dorsal al destete.

Una alimentación adecuada en gestación debe conducir al nivel de grasa dorsal deseado al parto: nulíparas 18-20mm, multíparas 16-18mm.

Alimentación en lactación

En lactación el objetivo es que la cerda pueda expresar su excelente capacidad lechera, además de evitar la excesiva perdida de condición corporal. Así, en los días previos al parto, se recomienda cambiar a alimento de lactación (reducir en 0,3-0,5kg la cantidad) o, idealmente, poder utilizar un alimento de transición, para mejor poder adaptar el perfil de nutrientes de la dieta ofrecida durante ese período específico para suavizar la transición y satisfacer las demandas fisiológicas de la cerda. En el día del parto es importante que no se restrinja totalmente la cerda sino alimentarla de manera normal (alrededor de 2,5kg) o según su apetito. Durante la lactación es importante seguir un aumento gradual en el alimento (+0,5 a 1,0 kg/día) pero siempre adoptando un enfoque individualizado.

Argumenta: “Ser demasiado restrictivo (para evitar la congestión de la ubre, hipogalactia, diarrea, etc.) reduce la ingesta total de alimento durante la lactación y provocará que los lechones no alcancen su peso potencial al destete”.

Prosigue: “Lo ideal sería dividir la cantidad diaria de alimento suministrado en 3 ó 4 tomas, o suministrarlo ad libitum. Recomendamos estimular el consumo en lactación en primerizas, ya que siguen creciendo y ganando masa muscular, al mismo tiempo que soportan el crecimiento de grandes camadas. Sin embargo, idealmente se debería utilizar un alimento específico para primerizas, un nivel de lisina digestible más elevado”.

Con una alimentación en maternidad adecuada, la grasa dorsal al destete no deberá ser inferior a 13 mm.

Manejo en maternidad

Las cerdas Hypor son capaces de “hacer el trabajo” por ellas mismas, por lo que la asistencia al parto deberá ser limitada y solamente cuando sea necesario, nunca de forma rutinaria. Es un punto que favorece la eficiencia del trabajo en granja. Afirma que el objetivo de nacidos muertos debe ser menor al 6%.

Martins explica que las bases del manejo de maternidad tienen como fundamento las características maternales de sus cerdas. Trabajando con camadas uniformes y elevados pesos al nacimiento, y un estándar de 16 tetas funcionales, ayuda a reducir al mínimo la necesidad de adopciones. La utilización de cerdas nodrizas no es práctica común en Hypor y tampoco se considera el uso de leches maternizadas. Explicita: “No recurrimos a lacto-reemplazantes, pues nuestra hembra tiene una capacidad lechera y un número de tetas que le permite destetar los lechones que pare. Para nosotros la sostenibilidad es un aspecto clave”.

Como con cualquier cerda, un encalostramiento adecuado es fundamental para la supervivencia del lechón y desarrollo a lo largo de su vida, por eso insisten en la práctica del split suckling para garantizar una adecuada ingesta de calostro por parte de todos los lechones y así sacar partido de la gran capacidad de producción de calostro y de la elevada cantidad de grasa del mismo.

Siguiendo sus recomendaciones y por las características de sus cerdas estiman que deberían moverse solamente un 10% de los lechones. Aunque la uniformidad y el peso al nacimiento sea elevado, siempre hay algún lechón más pequeño que sus hermanos de camada, por lo que aconsejan hacer camadas de lechones más pequeños para ayudarlos a salir adelante. El ratio normal sería hacer una camada de lechones más pequeños por cada 20 camadas nacidas, es decir un 5%.

El objetivo es tener <10% mortalidad en lactación y añade “en Latinoamérica o en Asia podemos hablar de <5-6%, por más personal disponible”.

Y resume, con el manejo e instalaciones adecuadas, el objetivo es tener 16 nacidos totales y alcanzar los 14 destetados por cerda híbrida. Con esas prolificidades el peso a nacimiento promedio debe ser alrededor de 1,5 kg, con más de un 90% de animales de peso superior a 1 kg.

Finaliza explicando que su cerda está preparada para trabajar con lactaciones de 23-28 días. Con esos días debe poder alcanzarse pesos de destete de 6,5-8 kg, lo que garantiza lechones robustos, fuertes y resilientes para afrontar los retos de la producción porcina en Europa, con la restricción del óxido de zinc y reducción de antibióticos.