RJ Smits, BG Luxford and DJ Cadogan. 2009. Manipulating Pig Production XI, 46.
30-nov-2010 (hace 13 años 11 meses 23 días)Los ácidos grasos poliinsaturados son nutrientes esenciales para el ganado porcino ya que no existen los enzimas necesarios para la biosíntesis a partir del ácido palmitito vía reacciones de elongación y desaturación. Los ácidos grasos poliinsaturados son incorporados en las células de membrana y son precursores de las prostaglandinas y leucotrienos. Estos metabolitos están involucrados en las respuestas inflamatorias y de reproducción. El aceite de pescado contiene un alto nivel de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 de cadena larga incluyendo ácido eicosapentanoico (EPA;C20:5) y ácido decosahexanoico (DHA; C22:6). En el presente experimento se ha determinado el perfil de ácidos grasos poliinsaturados a nivel plasmático en cerdas primerizas que recibieron niveles crecientes de aceite de pescado en la dieta.
Se utilizaron 36 cerdas primerizas F1 procedentes del cruce Large White x Landrace que fueron alojadas en corrales individuales (4 m2) y se les ofreció las dietas experimentales ad libitum desde las 20 semanas de vida. Después de tres semanas consumiendo una dieta basal (13,9 MJ ED; 150 g PB; 8,2 g lisina; 56 g EE por kg), se distribuyeron los animales entre los 6 tratamientos experimentales en función del peso vivo y grasa dorsal (100,8±1,7 kg;13,1±0,4 mm). Las dietas difirieron en niveles de inclusión de sebo y aceite de pescado de los 30 g de sebo/kg y cero de aceite de pescado hasta los 21 g de sebo/kg y 9 g de aceite de pescado/kg. Las concentraciones de ácidos linolenico (LIN) y araquidónico (ARA) no fueron diferentes entre las dietas (30 g/100 g; 0,2 g/100 g ácidos grasos). Se recogieron muestras de sangre de las cerdas a las 23 y a las 30 semanas de vida y para la determinación del perfil de ácidos grasos a nivel plasmático.
El perfil de ácidos grasos fue similar antes del tratamiento el cual fue estipulado con un ratio n6:n3 de 12,3±0,23. Se observó un aumento substancial en las concentraciones plasmáticas de EPA y DHA con la suplementación de aceite de pescado de más de 1 g/kg, y una reducción de nivel de ARA a los niveles de suplementación de más de 3 g/kg (P<0,05). No se observaron alteraciones del estado sanitario del animal a altos niveles de suplementación así como tampoco sobre el peso vivo o el espesor de grasa dorsal entre tratamientos a las 30 semanas de vida (145,3±2,0 kg; 14,0±0,7 mm; P>0,05). Se puede concluir que las suplementación de las dietas para primerizas durante la fase púbera con 3 g/kg o superior cambia el perfil de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga a nivel plasmático sin afectos adversos sobre el crecimiento o la salud de las futuras reproductoras.