Contexto mundial del mercado de soya y maíz según USDA

Maíz

Dado que las exportaciones de maíz de Ucrania están actualmente restringidas a causa de la guerra, China parece estar buscando otros proveedores en el mercado mundial. En ese sentido, Brasil podría ser un buen candidato para ser un proveedor alternativo durante lo que resta de la campaña 2021/22, así como en la nueva cosecha 2022/23 ya que la producción se ha recuperado con respecto al ciclo anterior y se espera que la oferta exportable sea suficiente hasta el final del año calendario. Además, la producción y las exportaciones para la nueva campaña se pronostican en un nuevo nivel récord.

Incluso, el pasado 23 de mayo, China y Brasil anunciaron que habían firmado un protocolo sobre requisitos fitosanitarios, lo que permitiría la exportación de maíz brasileño a China. Ahora bien, en el caso de que se llegasen a negociar grandes volúmenes, se podría esperar una reconfiguración de los flujos comerciales del grano a nivel mundial.

Soya

Tanto el aceite de soya como el petróleo han exhibido dramáticos aumentos de precios a lo largo de 2022. Precisamente, a principios de junio, los precios del aceite de soya han subido más de un tercio en los Estados Unidos y un 20% en América del Sur. Esto ocurre paralelamente con el incremento de los precios del petróleo, que aumentaron un 45% en el mismo período.

Ahora bien, en la primera década de los 2000, el aumento de los precios de la energía fue el principal impulsor de los precios de los aceites vegetales. No obstante, la situación actual es diferente, ya que el incremento de los valores del aceite refleja la escasez de la oferta mundial, la cual es consecuencia de las sequías que afectaron las producciones de Canadá y América del sur, que junto con los eventos que ocurren en Ucrania y las políticas de restricción comercial en algunos países, han reducido los stocks disponibles para exportación. Si bien, ninguno de los mercados está afectando directamente los precios del otro, los valores de energía más altos eventualmente podrían presionar aún más el alza los precios de la soya, pues se estimularía su consumo para uso energético.