30 de marzo de 2020 - OIE
31-mar-2020 (hace 4 años 7 meses 22 días)¿Qué causa el COVID-19?
Los coronavirus (CoV) son una familia de virus ARN (ácido ribonucleico). Se denominan coronavirus porque la partícula viral muestra una característica “corona” de proteínas espiculares alrededor de la envoltura lipídica. Las infecciones por CoV son frecuentes en animales y humanos. A pesar de que algunas cepas de CoV son zoonóticas, es decir, pueden transmitirse de los animales a los humanos y viceversa, la mayoría de las cepas no son zoonóticas.
En diciembre de 2019, se notificaron casos humanos de neumonía de origen desconocido en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, China (República Popular). Las autoridades chinas identificaron un nuevo CoV como el agente causante. Desde entonces, una gran mayoría de los países del mundo han notificado casos en humanos. El Comité Internacional para la Taxonomía de los Virus (ICTV, por sus siglas en inglés) ha denominado el CoV causante con el nombre científico SARS-CoV-2.
¿Son los animales responsables del COVID-19 en humanos?
La vía de transmisión predominante del COVID-19 es de humano a humano.
La información disponible actualmente sugiere que el virus COVID-19 surgió de un origen animal. Se están realizando investigaciones para encontrar la fuente (incluyendo las especies afectadas) y establecer el posible papel de un reservorio animal en esta enfermedad. No obstante, hasta el momento, no se dispone de evidencia científica suficiente para identificar el origen o explicar la vía de transmisión original de una fuente animal al humano.
Los datos de su secuencia genética muestran que el virus COVID-19 es un pariente cercano de otro CoV que se halló en poblaciones de murciélagos del généro Rhinolophus (murciélago de herradura). Existe la posibilidad de que en la transmisión al humano se haya visto implicado un huésped intermediario.
¿Puede el hombre transmitir el virus COVID-19 a los animales?
Ahora que las infecciones por el virus COVID-19 se han distribuido ampliamente en la población humana, existe una posibilidad de que algunos animales se infecten a través de un contacto cercano con humanos infectados.
Hasta la fecha, dos perros han sido infectados por el virus del COVID-19 tras un contacto estrecho con personas infectadas. Un gato también dio resultados positivos después de un contacto cercano con su dueño positivo al COVID-19, y se sospecha que ha sido infectado.
Se están realizando estudios para comprender mejor la susceptibilidad de diferentes especies animales al virus del COVID-19 y evaluar la dinámica de la infección en especies animales susceptibles.
En la actualidad, no hay evidencia que sugiera que los animales infectados por humanos tengan un papel en la propagación del COVID-19. Los casos en el hombre se deben a un contacto de persona a persona.
¿Qué medidas preventivas se deben tomar cuando los animales de compañía u otros animales están en contacto directo con humanos enfermos, o posiblemente enfermos, por el virus COVID-19?
En la actualidad no existen pruebas de que los animales de compañía desempeñen un papel epidemiológico significativo en esta enfermedad de humanos. Sin embargo, teniendo en cuenta que los animales y los humanos en ocasiones pueden verse afectados por las mismas enfermedades (denominadas zoonóticas), se recomienda que las personas enfermas con COVID-19 reduzcan el contacto con animales de compañía u otros animales hasta que se disponga de más información sobre el virus.
En el contacto y cuidado de animales, siempre se deben tomar medidas básicas de higiene. Estas medidas incluyen lavarse las manos antes y después de estar en contacto o manipular animales, su comida o sus artículos, así como evitar besarlos, lamerlos o compartir comida.
Siempre que sea posible, las personas que estén enfermas o bajo atención médica debido al COVID-19 deben evitar el contacto directo con sus mascotas y dejar su cuidado a otros miembros del hogar. Si estas personas deben ocuparse de sus mascotas, deben respetar buenas medidas de higiene y utilizar una mascarilla en la medida de los posible. Los animales propiedad de personas infectadas por el COVID-19 deberán mantenerse en el interior tanto como sea posible y se deberá evitar al máximo el contacto con estas mascotas.
¿Deben tomarse precauciones con los animales vivos o con los productos animales?
Aunque existe incertidumbre acerca del origen del virus COVID-19, de acuerdo con las recomendaciones de la OMS, como medida de precaución general, en las visitas a mercados de animales vivos, mercados húmedos o mercados de productos animales, deben tomarse medidas de higiene general, entre ellas lavarse regularmente las manos con jabón y agua potable después de tocar animales o productos de animales, evitar tocar los ojos, nariz y boca con las manos, y evitar cualquier contacto con animales enfermos o productos de animales estropeados. Se debe evitar estrictamente todo contacto con otros animales que pudieran vivir en el mercado (por ejemplo, perros y gatos callejeros, roedores, aves o murciélagos). Se debe tener especial precaución en evitar el contacto con desperdicios de animales o con fluidos del suelo o de las superficies de los puestos y las infraestructuras del mercado.
Entre las recomendaciones estándar de la OMS para prevenir la propagación de la infección se encuentran lavarse regularmente las manos, cubrirse la boca y nariz con el codo al toser y estornudar, y evitar todo contacto con cualquier persona que muestre síntomas de enfermedad respiratoria como tos o estornudos. En cuanto a las buenas prácticas en materia de inocuidad de los alimentos, la carne cruda, la leche o los órganos de los animales deben manipularse con precaución para evitar una posible contaminación trasversal con alimentos crudos. La carne procedente de animales sanos que se prepara y sirve de acuerdo con los principios de buena higiene y de seguridad alimentaria sigue siendo apta para el consumo.
Teniendo en cuenta la información disponible actualmente, no se recomiendan las restricciones comerciales en los intercambios de animales o productos animales. De igual manera, no son necesarias las precauciones para los materiales de embalaje, sino que prevalece el respeto de las reglas higiene básicas, como el garantizar que están limpios y libres de toda contaminación visible.
¿Cuáles son las responsabilidades internacionales de las Autoridades Veterinarias en este asunto?
La detección del virus COVID-19 en animales reúne los criterios para ser notificada a la OIE vía el WAHIS, conforme al Código sanitario para los animales terrestres, como una enfermedad emergente.
Por consiguiente, debe notificarse a la OIE toda detección del virus COVID-19 en un animal (incluyendo información sobre la especie, las pruebas de diagnóstico e información epidemiológica relevante).
Es importante para las autoridades veterinarias mantenerse informadas y cooperar estrechamente con las autoridades de salud pública y las responsables de la fauna silvestre con el fin de garantizar la coherencia y pertinencia de la comunicación y la gestión de los riesgos.
Resulta vital que el COVID-19 no lleve a la toma de medidas inapropiadas que pudieran afectar a los animales domésticos o silvestres, comprometiendo su bienestar y salud, o ejercer un impacto negativo en la biodiversidad.
En algunos países, los servicios veterinarios están apoyando funciones centrales en la respuesta de salud pública, tales como la detección y el análisis de muestras de vigilancia y diagnóstico tomadas de humanos. En ciertos países, las clínicas veterinarias también participan en la respuesta de salud pública donando materiales esenciales tales como equipos de protección personal y ventiladores.
¿Qué hace la OIE?
La OIE permanece en contacto con sus Representaciones regionales y subregionales, los Delegados de la OIE de los Países Miembros y el Grupo de Trabajo sobre la Fauna Silvestre de la OIE, así como con la FAO y la OMS con el fin de colectar y compartir la información disponible más reciente. La OIE está cooperando estrechamente con su red de expertos que toman parte de las investigaciones en curso sobre el origen de la enfermedad. Además, la OIE hace el seguimiento diario de los rumores y de la información extraoficial.
La OIE ha movilizado a un grupo asesor informal sobre el COVID-19, conformado por científicos e investigadores de primera línea, que se reúne periódicamente con el fin de compartir la última información relacionada con la investigación y los eventos de enfermedad en la interfaz humano-animal.
Dadas las similitudes entre COVID-19 y el surgimiento de otras enfermedades infecciosas humanas en la interfaz humano-animal, la OIE, junto con su Grupo de trabajo sobre la fauna silvestres y otros socios, avanza en el desarrollo de un programa de trabajo a largo plazo que busca comprender las dinámicas y riesgos en torno al comercio y consumo de fauna silvestre, con objeto de desarrollar estrategias para reducir el riesgo de futuros episodios de contagio.