Las primerizas pueden tener los mejores resultados reproductivos en la granja en relación a las tasas de concepción y parto. Para lograrlo, todo debe funcionar correctamente: el estado sanitario, el desarrollo físico y la preparación reproductiva de nuestras primerizas.
Alojamiento y manejo de las primerizas
La situación ideal sería entrar a las primerizas con tres semanas de edad a una instalación de cuarentena donde los animales permanezcan durante un mínimo de cuatro semanas, pero es muy común encontrar productores que trabajan con cuarentenas para alojar dos lotes de primerizas, por lo que permanecen durante aproximadamente ocho semanas. Después de eso, van a una nave de desarrollo de primerizas que, en muchas granjas, es solo una nave de engorde con corrales de diferentes tamaños y distintos tipos de comedero. Los animales avanzan a través de la nave a medida que entran primerizas más jóvenes. A las 21 semanas de edad, las primerizas pasan por el proceso de selección. Los animales que no cumplen con los criterios requeridos se descartan y las primerizas seleccionadas pasan a la fase de exposición al verraco.
Identificación: Se recomienda poner un crotal a las futuras primerizas destetadas que indique su semana de nacimiento, para que su edad sea fácilmente conocida a lo largo de su vida, ya que la edad es un elemento crítico para el flujo de primerizas y para tomar decisiones sobre el futuro de cada hembra. Los crotales con la edad también ayudan a garantizar que las muestras para la monitorización se tomen en los grupos de edad correctos. Los animales de raza pura recibirán una identificación individual para poder rastrear su pedigrí y todas las primerizas que se seleccionen como futuras reproductoras recibirán un crotal individual en el momento de la selección.
Espacio: Las primerizas son un poco como los peces de estanque y crecen de acuerdo con el espacio disponible. El espacio disponible considerando el tamaño de los animales en cada etapa es un factor clave, teniendo en cuenta también el espacio de comedero y los bebederos.
Tipo de suelo: Algunos productores alojan a las lechonas futuras reproductoras sobre suelos de plástico en las instalaciones de cuarentena y esto puede causar algunos problemas. Las primerizas pueden tener problemas al pasar del suelo de plástico al slat de cemento cuando se trasladan de la cuarentena al edificio de desarrollo de primerizas, una etapa crítica cuando los animales ya están expuestos a otros desafíos, por lo que realmente no queremos que los animales tengan ningún problema adicional. Además, los suelos de plástico en las instalaciones de cuarentena pueden limitar nuestra capacidad de introducir animales de más edad, lo que puede ser una opción interesante en algunas circunstancias.
Debemos estar muy atentos a la salud de las pezuñas, ya que puede afectar muy negativamente a la tasa de retención de primerizas.
La ventilación tiene básicamente los mismos objetivos que establecemos para un cerdo comercial. Se necesita una ventilación mínima para garantizar que se eliminen la humedad y los gases. Cuando hablamos del desarrollo de las primerizas, un problema de ventilación que genere un exceso de amoníaco puede tener un efecto negativo en los receptores olfativos, afectando la respuesta de las primerizas durante la exposición al verraco. Si la capacidad de las primerizas para oler las feromonas se ve afectada, puede impactar en su capacidad para mostrar los signos del celo y, como resultado, habrá un efecto negativo en nuestra capacidad para detectar el estro.
Entrenamiento de primerizas: si existe tecnología en la granja como las máquinas de alimentación electrónica (ESF), es importante que tratemos de entrenar a las primerizas cuando son animales jóvenes y más curiosos, por lo que es básico que en el área de desarrollo de primerizas tengamos estaciones de entrenamiento para las máquinas o cualquier otro dispositivo, como puertas, bebederos o tecnología que se usará más adelante en la vida, para que los animales interactúen con ellos y aprendan a usarlos mientras son jóvenes. Entrenar animales de más edad es más complicado ya que pueden ser bastante reacios a pasar por las máquinas. Si las primerizas no se entrenan hasta que tienen más edad, puede afectar su consumo de pienso con lo que las primerizas perderán peso en un momento crítico justo antes de su primera cubrición, lo que afectará su rendimiento reproductivo. Empujar a esas cerditas reacias a entrar a las máquinas es una tarea laboriosa a nivel de mano de obra para dos personas. Entrenar las primerizas en el uso de las máquinas puede ser difícil, pero merece mucho la pena. Es necesario valorar correctamente a las primerizas y proporcionarles los recursos adecuados.
Se necesita implicación para asegurar que las instalaciones estén diseñadas y equipadas para facilitar el entrenamiento de las primerizas
¿Cómo sabemos que estamos haciendo un buen trabajo en la preparación de nuestras primerizas?
Debemos mirar los datos de las primerizas para saber si estamos en el camino correcto.
Datos productivos:
Datos Reproductivos:
A veces podemos observar cierta estacionalidad en esta tasa de concepción, pero muchas veces viene dado por nuestras propias decisiones. A veces, durante el verano y principios del otoño, cuando tenemos problemas con la salida en celo de las cerdas y esperamos una menor tasa de concepción en todos los partos, algunas granjas cubren primerizas subóptimas, como cerditas repetidas, abortos, etc. que en otra época del año no se cubrirían, con la idea de asegurar el objetivo semanal de cubriciones durante esos meses difíciles. En esas situaciones, debemos valorar específicamente la tasa de concepción de las primerizas en su primera cubrición. Si hay una concepción reducida en las primerizas debido al apareamiento de hembras subóptimas, el problema proviene de las decisiones de manejo.
Para lograr estos objetivos, todo debe funcionar bien en la población de primerizas, incluyendo la sanidad y la preparación reproductiva, así como la exposición diaria y consistente al verraco a la edad adecuada junto con una detección adecuada del celo.