La nutrición durante el periodo de transición (PT) que incluye los últimos diez días de gestación y los primeros 10 días de lactación, tiene un impacto directo en la productividad de la hembra y sus lechones. Continuamos describiendo algunos elementos directamente afectados que empezamos a enumerar en el artículo anterior.
6) Condición corporal y movilización de reservas: Cuando una cerda llega al parto en una mala condición corporal (por defecto o por exceso), los problemas al parto se agravan: más nacidos muertos, peor vitalidad de los lechones, mayor heterogeneidad de pesos, más incidencia de mamitis, metritis, agalaxia, prolapsos, úlceras de espalda, diarreas en lechones lactantes, peor salida a celo, menor fertilidad y prolificidad a siguiente ciclo. Las dudas surgen, ¿qué cantidad de pienso debemos dar en esos últimos diez días de gestación? Al día 106 de gestación, si las cerdas llegan obesas, claramente no debemos subir el consumo de pienso, no estando tan claro si las cerdas delgadas en ese punto deben comer mucho pienso previo al parto. Son muchos los trabajos que demuestran que alimentar con grandes cantidades de pienso (>4 kg/día) tiene un efecto negativo en la producción de leche en los primeros diez días de lactación. Un balance energético negativo en esos 10 días preparto tiene beneficios en la producción lechera.
7) Proceso del parto: La duración del parto en las cerdas hiperprolíficas es más prolongado que en el pasado, y sobre todo con una variabilidad individual muy superior (90 a 900 minutos), no estando asociada al número total de lechones nacidos. Los programas de nutrición tienen un papel a tener en cuenta centrado de forma resumida en los siguientes aspectos:
8) Lechones nacidos muertos y mortalidad postnatal: Lechones que cuando llegamos a atender el parto en proceso o concluido están muertos. Incluye tanto lechones que ya estaban muertos antes de comenzar el parto como los que mueren a lo largo del mismo, lo cual está muy relacionado por múltiples causas, especialmente con la duración y desencadenamiento del parto. Sabemos que la mortalidad en las primeras 100 horas de vida es la más alta durante toda la lactación (gráfico 1). Muchas de estas bajas están relacionadas con el aporte insuficiente de energía si la ingesta de calostro no es temprana (primeras 12-16 horas) y la producción de leche, que arranca entre 23 y 39 horas, no es suficiente. Una conclusión importante es que no puede haber discontinuidad entre la producción de calostro y de leche.
9) Reservas de glucógeno en lechones al nacimiento: Nada más nacer, comienza a oxidarse el glucógeno presente en reservas corporales (hígado y músculo), así como los nutrientes del calostro que aportan energía, ya que sus necesidades de termorregulación se incrementan drásticamente fuera del ambiente intrauterino y las elevadas pérdidas de calor por su elevada superficie corporal. El contenido de glucógeno en los lechones al nacimiento está entre 50-70 gramos (3-3,5% de su peso vivo – similar al peso proporcional del hígado) que es el equivalente energético a dos kilos de pienso de gestantes con un 40% de almidones. Las controversias sobre cómo incrementar los niveles de glucógeno en los fetos durante los últimos días de gestación con dietas con almidón de maíz, ácidos grasos de cadena media o aceites de coco y pescado son variables en la literatura científica.
10) Síntesis de calostro y de leche: El lechón recién nacido depende del consumo de calostro para adquirir una correcta inmunidad pasiva. El calostro es la primera secreción de la glándula mamaria y una fuente de inmunoglobulinas maternas, además de proporcionar otros componentes solubles inmunes, citoquinas y leucocitos que tienen una acción inmuno-moduladora. El calostro también aporta nutrientes de elevada digestibilidad, fuentes de energía (lactosa y lípidos) y contiene factores de crecimiento naturales que ayudan al desarrollo normal de órganos vitales y del tracto intestinal del lechón desde el nacimiento. El alto contenido en IgG del calostro define la inmunidad pasiva sistémica. Los lechones con menos de 10 mg/ml de IgG en plasma al día 3 de vida tienen una mortalidad tres veces mayor que los que tienen niveles por encima (Cabrera, 2012). Los niveles de IgA ayudan a proteger la mucosa intestinal frente a los patógenos digestivos. El peso del estómago del neonato se incrementa entre 26-54 % entre el primer y tercer día de vida en comparación con el 7,5 a 23 % de su incremento de peso corporal. El intestino delgado aumenta un 70 % su peso, 24 % su longitud, 15 % su diámetro y un 33 % la altura de las vellosidades intestinales, además de incrementar entre un 80-200 % su actividad enzimática en dicho periodo tan corto de tiempo. El consumo de calostro por parte de los lechones en dicho periodo se puede estimar por la ecuación de predicción que combina la ganancia media diaria y el peso al nacimiento (Theil, 2014). Uno de los componentes del calostro que cataliza la síntesis de la lactosa (alfa-lactoalbúmina) aumenta en el plasma sanguíneo de las cerdas entre 7-10 días antes del parto teniendo un nivel de lactosa considerable en plasma 4-5 días antes del parto. Se considera que la mayor parte de la génesis de producción de calostro tiene lugar en la primera parte del periodo de transición (10 últimos días de gestación) (Quesnel, 2015). La producción de calostro es muy variable en los diferentes estudios con rangos que van de 1,5 a 5,5 kg (Quesnel, 2011) con una media estimada de 3,5 kg, otros de 4,75 kg (0,65-9,42 kg/día) (Declercl, L 2013), también de 5,9 kg con rangos de 2,7 a 8,5 kg/día (Theil, 2014) y alguno reciente de 5,6 kg (Nuntapaitoon, 2019). El peso de la cerda, el número de parto (las de 2º a 4º parto producen más calostro que las primerizas o las cerdas de más de 7º parto), la condición corporal y la inducción al parto influyen en dicho rango de variación por cerda. El orden de nacimiento de los lechones en la camada no influye en la ingesta de calostro y la vitalidad-vigor de la camada, sí influye en la capacidad de producción de calostro (Devillers, 2007). Cuando el porcentaje de lechones muertos aumenta, la producción de calostro disminuye (Quesnel, 2011).
La composición de la leche va cambiando durante los días posteriores al calostro, de forma menos rápida y estimando que, con pocas variaciones, es la misma a partir de los diez días de lactación (final PT), como podemos ver en la tabla siguiente:
Tabla I. Contenido de nutrientes en calostro y la leche (Hurley, 2015).
Componente ( % ) | Calostro | Leche | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
0 horas | 12 horas | 24 horas | 2 días | 3 días | 17 días | |
Agua | 73 | 78 | 80 | 79 | 79 | 81 |
Proteina | 17,7 | 12,2 | 8,6 | 7,3 | 6,1 | 4,7 |
IgG (mg/ml) | 64,4 | 34,7 | 10,3 | 4,5 | 3,1 | 1,0 |
Grasa | 5,1 | 5,3 | 6,9 | 9,1 | 9,8 | 8,2 |
Lactosa | 3,5 | 4,0 | 4,4 | 4,6 | 4,8 | 5,1 |
Cenizas | 0,7 | 0,9 | ||||
Energía (kJ/100g) | 260 | 276 | 346 | 435 | 468 | 409 |
Podemos incrementar el contenido en grasa y materia seca de la leche en base al contenido/tipo de grasa del pienso suministrado durante el PT. El contenido de lactosa y cenizas se mantendrá constante, pudiendo hacer poco mediante la nutrición de la cerda en esta fase. La modulación de los niveles de proteína del pienso no influye, hasta donde sabemos, en el contenido de proteína de la leche durante la lactación, donde cae su contenido a partir del día cinco, cambiando también el perfil de los aminoácidos. A partir de dicho día son más abundantes la alanina, cisteína, fenilalanina, glicina, leucina, metionina, serina, treonina y valina. Baja el contenido en ácido glutámico, lisina, isoleucina y prolina, manteniéndose estables los de ácido aspártico, arginina, histidina, tirosina y triptófano.